lunes, 5 de julio de 2010

Minería: Fuente de riqueza ¿Para quién?

Walter Farfán

Desde tiempos inmemoriales la minería ha constituido una de las principales actividades del ser humano, las riquezas que albergan las entrañas de la tierra siempre han motivado al hombre a acometer grandes empresas; recordemos la vana búsqueda de El Dorado por los españoles que soñaron con ciudades de oro perdidas, o la menos vana fiebre del oro en California que motivó a hombres y mujeres de todo el mundo a trasladarse a esas tierras con la promesa y el sueño de un enriquecimiento por la vía rápida.

Desde hace algunos años Centro América ha sido objeto de un interés inusitado por parte de grandes compañías mineras que tienen su sede mayoritariamente en los países desarrollados: Canadá, Estados Unidos, Europa, Australia etc.

La mira está en el oro que albergan las montañas de esta parte del mundo. Está bien documentado el impacto negativo que la extracción de oro tiene en el medio ambiente; se sabe que para extraer una tonelada de oro se tienen que procesar, generalmente con ayuda de explosivos, hasta trescientas mil toneladas de mineral; para extraerlo se usan compuestos químicos como el cianuro que usados en las cantidades que se requieren en la extracción minera se convierte en un agente altamente contaminante de consecuencias muy perniciosas para la salud humana, además de la contaminación que se produce por la roturación de rocas que liberan muchos compuestos minerales que son tóxicos y que arrastrados por el agua se filtran en los mantos acuíferos y contaminan ríos y vertientes de agua, que utilizados por la comunidades devienen en enfermedades y causan efectos en la salud muchas veces irreversibles; el rosario de enfermedades relacionadas con la contaminación de cianuro es interminable: Dermatitis, deterioro mental, afección tiroidea, trastornos visuales; además la exposición a niveles altos de cianuro daña el cerebro y el corazón, puede producir coma y parálisis respiratoria que termina en una muerte dolorosa.

Es incomprensible que en pleno siglo XXI existan personas en nuestro país que crean que la minería es una alternativa para nuestro desarrollo, olvidándose de un precepto básico de las ciencias económicas: El desarrollo no tiene que ver tanto con la producción de riqueza, como a quién beneficia esa riqueza, es decir, a manos de quién va a parar la riqueza. Las compañías mineras se expanden por nuestras tierras como una peste dejando a su paso nada más que contaminación, destrucción ambiental y pobreza; sino díganme donde están las comunidades prósperas que surgieron a la sombra de las explotaciones mineras, adonde quiera que miremos en El Perú, Bolivia, Colombia, México, Brasil, Centro América etc. La estela que las minas han dejado es de pobreza, enfermedades y desolación.

En nuestro país es especialmente importante una legislación que prohíba de una vez por todas, la explotación minera, especialmente la extracción de metales preciosos a cielo abierto. Ya basta de sueños de El Dorado, creyendo que hay atajos para alcanzar la prosperidad; la única vía posible para alcanzar nuestro merecido desarrollo económico es el trabajo productivo, tenemos que reactivar la agricultura abandonada por los sucesivos gobiernos de derecha de nuestro país; tenemos que activar la pequeña y mediana empresa, el estado tiene que retomar su papel protagónico como impulsor y facilitador de la actividad económica, tenemos que tener leyes claras que estimulen la inversión privada y pública con apego a leyes que garanticen los derechos laborales de las y los trabajadores.

No podemos pensar que para alcanzar el desarrollo económico tenemos que embargar nuestra soberanía y lo que es peor el futuro de nuestros hijos y nietos, porque de eso se trata, los daños medioambientales son de largo efecto, algunos los comparan con los daños causados por la radioactividad, es decir, que la contaminación causada por esta minería puede durar cientos y hasta miles de años en desaparecer. Es ingenuo (o criminal) pensar que en un país tan pequeño como el nuestro nos podamos librar de los efectos dañinos para la salud causados por la minería, digo criminal porque aquí existen individuos que en su codicia originada por el sueño de un enriquecimiento rápido han llegado a cometer cobardes crímenes, recordemos a los activistas asesinados cuyo delito fue haber luchado por los derechos de la madre tierra y de los más pobres en nuestro país, a esos asesinos algún día la ley les dará alcance pues la justicia tarda pero no olvida.

Para finalizar quisiera recordar aquella consigna que encierra una verdad incuestionable “solo el pueblo salva al pueblo”.

El pueblo tiene que manifestarse, todos los sectores que se precien de ser democráticos tienen que solidarizarse con las comunidades afectadas, pues esta es una lucha que nos atañe a todos, los políticos demócratas tienen que hacer sentir su “peso político”, la sociedad entera tiene que reaccionar; solo así podremos asegurar el futuro de nuestra patria que es lo mismo decir el futuro de nuestros hijos.

2 comentarios:

bicho dijo...

si que son unas personas demaciadamente ingnorantes no sabes nada sobre mineria y se ponen hablar como si fuera asi de facil.
si no quieren mineria mierda largense a vivir en un serro bajo una cueva y con tapa ravos... de q esta echo los carros no es acaso de metal, las casas de q hace no es acaso de arcilla fundida, los celulares que tienen dentro no es cables de cobre y soldaduras de aluminio y estaño... piensen bien y no sean ingnorantes sin mineria no se puede tener la comodidad que tenemos ni andad por donde andamos...

bicho dijo...

si que son unas personas demasiadamente ignorantes no sabes nada sobre minería y se ponen hablar como si fuera así de fácil.
si no quieren minería mierda lárguense a vivir en un cerro bajo una cueva y con tapa rabos... de q esta echo los carros no es acaso de metal, las casas de q hace no es acaso de arcilla fundida, los celulares que tienen dentro no es cables de cobre y soldaduras de aluminio y estaño... piensen bien y no sean ignorantes sin minería no se puede tener la comodidad que tenemos ni andad por donde andamos...