viernes, 25 de septiembre de 2009

"Con los pobres de la tierra"




"Con los pobres de la tierra"
Palabras con motivo del 25º aniversario del diario La Jornada



Dedico estas palabras a los jornaleros y a los periodistas, que con su entereza y a veces con su vida, han defendido y defienden a la Patria y a la Humanidad. Las dedico también al fundador de La Jornada, Carlos Payán Velver y a la directora Carmen Lira.

Anda la “izquierda” preguntándose dónde se encuentra. Dice que está buscándose porque así como va, está perdida. Su inquietud parece razonable. Tal vez debiera preguntarse qué entiende por izquierda si quiere precisar lo que está buscando. No necesita ir muy lejos: Marcuse y otros han definido la izquierda tradicional como integrada por aquéllos que toman partido, en la lucha de clases, por los trabajadores, y en la lucha contra el imperialismo, con los pobres de la tierra. En cuanto a la izquierda más reciente, también hace suya, en un primer plano, la lucha por la libertad de expresión, incluidas las radios comunitarias; hace suya la lucha por la democracia, incluida aquélla en que gobierna el pueblo y no una oligarquía plutocrática. Asume la lucha por la mujer con todos sus derechos personales y públicos; por las juventudes y su futuro con universidades gratuitas, creadoras y abiertas; por la paz que no sea de sepultureros, por los pueblos oprimidos o discriminados, como los indios de México, para que no sean “excluidos” ni como pueblos ni como ciudadanos o comunidades, o dirigentes; por los derechos de los homosexuales, por los derechos de los niños y los ancianos.

Las luchas de la izquierda varían según situaciones concretas de dominación y de represión, de acumulación y explotación, de mediación e inmediación violenta. Algunas se dan en el mundo entero. Corresponden, en general, a proyectos por la emancipación humana en que participan los insumisos y rebeldes. Tenerlas presentes ayuda a saber dónde se halla la izquierda en los distintos países, incluido el nuestro.

Aquí sólo quiero apuntar cuatro problemas que en México se plantean a la izquierda: 1 ¿Cuál es la principal atadura o enajenación del país? 2 ¿Qué hechos o actos configuraron a la izquierda? , 3 ¿Qué hacer desde nuestra izquierda formal e informal?, y 4 ¿cómo organizarnos y articulamos desde nuestras distintas posiciones de lucha? Me referiré a la historia reciente como la mejor forma de conocer la historia emergente.

Ni la comprobación de las tesis que sostengo, ni la determinación precisa de los hechos que registro, ni las indicaciones puntuales sobre qué hacer y cómo hacerlo están a mi alcance y menos en el breve tiempo de que dispongo. Los hechos hablan, y nuestras experiencias futuras confirmarán o echarán abajo (y a la izquierda) este planteamiento. Aquí sólo pretendo desbrozar un cierto camino para encontrarnos y en el que la información e interpretación de los jornaleros será particularmente valiosa.

La principal atadura o enajenación del país es algo que apenas alcanzamos a ver en forma disgregada...La principal atadura del país es la ocupación de México. No me refiero a la ocupación como un hecho consumado, sino como un proceso actual y que el pueblo de México, como otros pueblos –incluido el de Estados Unidos--se encargarán de echar abajo. Se trata de una ocupación “integral” que los estrategas del Pentágono llaman también “dominación de espectro completo”. Abarca la ocupación de lo social, de lo político o gubernamental, de lo económico y administrativo, de lo cultural y mediático, de lo territorial y lo ecológico.

No se trata de una ocupación de México como la de l847, que Gilberto López y Rivas ha documentado cuidadosamente. Es la ocupación como privatización de todos los cimientos de la soberanía nacional. Combina la intervención “abierta” y “encubierta”, la “convencional” y “no convencional”, las de “efectos directos” y “efectos laterales”, “buscados” y “no buscados”; o supuestamente “no buscados”. Corresponde a un colonialismo o imperialismo postmoderno y financiero. Lo llaman globalización, y tiene redes de dominio en el interior y no sólo en el exterior de los países dominados.

La ocupación integral no se da de golpe. Se da lo largo de un imperceptible proceso en que el país va perdiendo más y más su capacidad soberana. Enuncio algunos hechos conforme me vienen a la memoria, o como aparecen en análisis anteriores. Ni siempre guardo un orden cronológico ni menos incluyo todos los datos significativos. Otros lo harán, o lo han hecho.

En las últimas décadas México asistió a un proceso cuyos enlaces sirven para atar cabitos. Privatizaciones y desnacionalizaciones de los bienes de la República (Re-pública)) y de la Nación, dieron lugar a una ocupación compartida por compañías extranjeras y mexicanas, y no sólo por empresarios, sino por funcionarios y líderes de la CTM y otros sindicatos oficiales, que forjaron desde entonces un estrecho lazo de poder, intereses y complicidades. Todos ellos vendieron, malbarataron y, también adquirieron, inmensas fortunas mal habidas con las que sellaron el pacto del complejo de poder hoy dominante en México, y que es parte de una red de dominación mundial, en esta región encabezada por Estados Unidos. La ocupación fue bautizada con uno de esos eufemismos en boga: Se le llamó“desincorporación del sector paraestatal”: Como se advierte, la expresión no dice lo que sus beneficiarios no quieren que se diga, y que tampoco les importa si se dice en una especie de cinismo institucional hoy reinante.

Desde los años ochenta del siglo pasado fueron privatizados y desnacionalizados la industria siderúrgica y los bancos, la industria azucarera y sus ingenios, las 12 unidades de que disponíamos para la producción de fertilizantes, los teléfonos de México, los ferrocarriles, los aeropuertos y líneas aéreas, las supercarreteras, las aduanas y más tarde, con los mismos y otros amaños la televisión y el control de los “medios”…y el petróleo, que dejó de ser “nuestro” precisamente en el momento en que representa un valioso “bien no renovable”.

Toda esta etapa tuvo antecedentes. Al adelgazamiento del Estado y la engorda de los señores del mercado contribuyeron muchas represiones y alianzas que se habían tomado desde los tiempos de los mineros de “Cloete” y “Nueva Rosita”, y de las luchas también indomables de los ferrocarrileros. Desde entonces México fue cambiando y adquirió un nuevo sentido que entre tropiezos se consolidó hasta ahora.

Los ferrocarriles nacionales y sus servicios de pasajeros fueron desmantelados. Eran como el símbolo del México anterior. Dejó de oírse cada vez más el silbido de los trenes y el barullo de las estaciones. Los militares empezaron a ser entrenados para la llamada “guerra de contrainsurgencia”, otro eufemismo de lo que antes llamaban “guerra interna”. En nuestras repúblicas la “guerra interna” es, por cierto, la guerra del ejército nacional contra su propio pueblo. La Secretaría de Hacienda preparó y operó el detonador social con el “equilibrio presupuestal” que entonces, como ahora, tomaba como una “constante” el escaso o nulo ingreso fiscal con que contribuía la codiciosa, “evasora” y “subsidiada”clase patronal, y que no podía ser castigado. Por supuesto, eso ocurría cuando aún no retomaba la ofensiva en que exigiría mucho más y sería ampliamente satisfecha en sus deseos. En los años sesenta la Secretaría de Hacienda hizo… admirables recortes a los servicios médicos y a las universidades. Hoy los repite. Hacienda le echó leña al fuego y provocó la llamarada del movimiento médico y del estudiantil-popular. Éstos empezaron a expresar un inhabitual descontento de las clases medias y los marginados urbanos, hoy nuevamente anunciado.

Cuando en 1968 estalló el Movimiento estudiantil--popular, gobierno y ejército ya estaban preparados. Combinaron la represión y la cooptación, con la confusión y la falsa radicalización que legitimaran la violencia gubernamental. Esto último no lo lograron. Tlatelolco produjo un rencor inolvidable, aunque de él muchos jóvenes de entonces ya se hayan olvidado. En la sierra y los llanos proliferaron movimientos guerrilleros de campesinos y juventudes rebeldes que no veían otra salida para hacerse presentes. El gobierno estaba preparado. Aplicó las técnicas de la “guerra sucia”… A la confusión de la izquierda mundial añadió “juegos de revoluciones confusas y violentas” en los que “quien manda” es el jugador que mueve, tanto a los “para-militares” como a los “para-revolucionarios”, y con quienes arma un galimatías en que cualquier protesta o rebeldía parece como de locos.

Con simulaciones virtuales y reales, el poder dominante envolvió a la juventud en crueles y desorientadoras batallas. Con sus técnicas de “escenarios en vivo” quitó al movimiento estudiantil-popular el apoyo de buena parte de la población, intimidada y escéptica. Por su lado, a la izquierda, ayuna de ortodoxias y en plena confusión ideológica postmoderna, el Estado le dio la bienvenida. La legalizó con la esperanza de cooptarla y con la seguridad de enredarla más de lo que ya estaba. La mayoría de los sindicatos eran oficiales y los obreros de las grandes empresas en que operaban estaban controlados por los líderes y grupos de choque que se apoyaban en la fuerza pública. Las clases medias y los marginados urbanos parecían los únicos capaces de escapar a todo control o a buena parte del control. Al no contenerlos, el gobierno intentó replantear la política social y nacional. Dio un fuerte apoyo a Universidades y servicios de salud, y aplicó medidas calificadas de “populistas” por izquierdas y derechas. Para cubrir los gastos, juzgó “imprudente”, o”impolítico”, realizar una reforma fiscal que afectara a los “sectores de altos ingresos”. Decidió aceptar ofertas --en boga mundial-- de préstamos con bajísimos intereses, –variables a discreción del acreedor-- quien por el momento le tendía su “tabla de salvación”. Así, empezó a subir la pendiente del endeudamiento externo más grande en la historia del país. Tras la sucesión presidencial el nuevo presidente continuó encontrando la oposición de tirios y troyanos. Su enfrentamiento con los empresarios ensoberbecidos lo condujo a nacionalizar la banca para escarmentarlos. El contragolpe de las finanzas y el capital fue brutal.

Todo mostró que el PRI ya no podía gobernar. Tenía que hacer concesiones. Tenía que “ser flexible” en una elección presidencial que abriera las puertas al neoliberalismo. A poco de haber ocupado el Mandato, el presidente Miguel de La Madrid desnacionalizó la banca recientemente nacionalizada y también la que de tiempo atrás pertenecía a la República. El neoliberalismo oficial, todavía encubierto, empezó la liberalización total del crédito y de las finanzas, cerco y espada de las trasnacionales y el imperio. El estado mexicano, cada vez más empresarial y avasallado, disminuyó hasta punto cero la posibilidad de orientar la política nacional y social de créditos e inversiones. Fue el principio de una “política del mal menor” “de lo posible”, de “lo menos malo” que lleva a “lo más peor”. En el sexenio siguiente se dio un “golpe de Estado electoral”. Como metáfora y como realidad, “se cayó el sistema”. Carlos Salinas de Gortari – inició “en grande” la política neoliberal. La “ocupación compartida” por oligarquías de yanquis y nativos se concertaría en los pasos a dar. La “iniciativa privada-unida”, la nacional-y-la extranjera “enlazadas”, se regodearon de su inmenso triunfo. Pronto darían nuevos pasos cerrando filas. Así surgiría la primera reforma del Estado oligárquico-tecnocrático--avasallado que haría suyas todas las instituciones y costumbres autoritarias del Estado anterior y crearía otras, más funcionales a sus propósitos. En vez del partido del Estado forjaría los “partidos de Estado”, funcionales al Estado neoliberal de los países dependientes, e iría asociando, sometiendo, eliminando cualquier brote de izquierda capaz de alcanzar algún objetivo de corto o largo plazo por la vía pacífica… y también por la violenta. Los partidos de izquierda no sólo dejaron de hablar en concreto de las medidas a tomar para la defensa nacional, sino para mantener los derechos de los trabajadores y de los campesinos. No todos sus miembros se habían “doblado o vendido” pero todos percibían su escasa o nula fuerza, y en buena proporción se daban a luchar entre sí para ocupar puestos de “representación popular” que significaban jugosas regalías o satisfacían vanas esperanzas.

Así se construyó la fuerza que permitiría a las megaempresas ocupar todo, o casi todo, en México. La izquierda electoral, que venía del PRI y del antiguo Partido Comunista, encabezada durante dos sexenios por el hijo del General Cárdenas, no sólo sufrió la bien subvencionada y organizada “derrota” electoral de 1988 en que los expertos del PRI contaron con los apoyos empresariales del PAN y con todos los “medios” de enajenación, conculcación y cooptación. Como todos los partidos de izquierda del mundo, la izquierda de México vivió y colaboró –con respetables excepciones-- por su autodestrucción ideológica, política, social y moral. Buena parte de ella perdió hasta la dignidad, esa arma de valor excepcional contra la corrupción. Quienes se salvaron de la debacle fueron y son muchos y se encuentran abajo, en medio y arriba de la pirámide social. No sólo son respetables. Son potencialmente más fuertes hoy por su moral de acero y sus nervios de hierro. Pero no logran dominar en los partidos ni cumplir en los gobiernos; ni hacer que sus partidos obedezcan las decisiones mayoritarias de quienes los eligieron, ni impedir que el grueso de sus representantes vote con la derecha leyes y medidas contrarias a los intereses de la nación, contrarias a los trabajadores, a los campesinos, y en general a los marginados, discriminados y super-explotados.

La descomposición de la política en México resulta cada vez más visible desde la elección electrónica de Salinas. Desde entonces apareció una nueva categoría: “la clase política”, que apoyó –hasta por unanimidad- las grandes medidas neoliberales. Tal es la gloriosa victoria de la democracia de pocos para pocos y con pocos, y no de los mejores… Tal es nuestra derrota.

Muchas otras se han dado en estos años. Todas desangraron la Independencia de México. Se perdió la Autonomía del Banco de México y de la política monetaria. Ambas pasaron a depender –discretamente-- del Banco Mundial, controlado por Estados Unidos y por las grandes potencias financieras. El Estado Mexicano perdió la posibilidad de controlar la política de divisas para defender su capacidad de pago de la deuda externa en formas menos inequitativas, o para controlar las inflaciones de los insumos necesarios a la pequeña y mediana empresa, o para controlar las “crisis de casino” que a tantos países han arruinado. México perdió la posibilidad de definir las políticas de Ingresos, y también las de Egresos. Éstas fueron diseñadas, cada vez más, --sin que hasta hoy nos demos del todo cuenta--, por los expertos de Hacienda y del Fondo Monetario Internacional auxiliados por funcionarios locales… El país perdió toda posibilidad de contener el creciente pago del “tributo colonial” que representa la deuda externa en dólares, varias veces pagada e impagable. Perdió la posibilidad de impedir el deterioro de la planta industrial salvo en aquellos casos en que estaba integrada, asociada o sub-contratada por las empresas transnacionales. Perdió hasta la posibilidad de conservar la planta industrial de unidades bien conservadas, pues fue obligado a abandonarlas o a dejar que se destruyeran para que las megaempresas trasnacionales vendieran plantas nuevas que no hallaban mercado. El gobierno se vio obligado, o inclinado, a acordar “difericiones” y reducciones de pago de sus ingresos por impuestos, así como a acordar crecientes inversiones en infraestructura que, con cargo al erario público, aumentarían la eficiencia (es decir las ganancias) y disminuirían los costos de las megaempresas. El país entero perdió la capacidad de convertirse en uno de los principales productores de petróleo y derivados del mundo. El gobierno des-estructuró sus institutos de alta tecnología – como el Instituto Nacional del Petróleo que contaba con numerosos ingenieros de nivel mundial a los que privó de recursos y expulsó velada o abiertamente, mientras contrataba expertos y servicios de los monopolios petroleros. Con esas medidas, deliberadamente, asfixió a PEMEX. No conforme con eso, le hizo pagar tasas de impuestos ¡superiores al 50%.de sus ingresos! Desnacionalizó a PEMEX, y lo sigue denacionalizando, entre privatizaciones disfrazadas de contratos de servicios con los grandes monopolios petroleros, y entre cuantiosas y rentables corrupciones de los líderes obreros con sus grupos de choque. A las pérdidas anteriores añadió la pérdida de la autonomía alimentaria. Permitió, e incluso alentó, la importación de semillas transgénicas mientras echaba abajo los derechos agrarios que la Constitución había reconocido a los campesinos en los años que siguieron a la Revolución Mexicana y, sobre todo, durante el período del general Lázaro Cárdenas. La regulación de la emigración de los mejores jóvenes, útiles a los empresarios y sectores medios de Estados Unidos, fue fomentada y controlada por Estados Unidos. La negativa de visas sirvió dos propósitos: dejar en la ilegalidad a trabajadores que entraban sin visa y que estaban inhabilitados para reclamar derechos iguales por trabajos iguales-, y no dejar que pasaran la frontera más “ilegales” de los que su industria y servicios necesitaban. Así, el imperio construyó ese otro piso del infierno transnacional, donde el necesario sufrimiento, les sigue pareciendo a los “ilegales” menos malo que el padecido en los pueblos abandoa, donde desempleo, hambre, enfermedades amenazan aún más su vida y la de su familia si no los abandonan sucesiva o definitivamente para irse a ganar algo en el “Norte”.

La pérdida de la autonomía financiera, acompañada del cogobierno que en los hechos impuso el PRIAN --o unión del PRI y del PAN, resulta poco cuando se piensa que algunas de las medidas fundamentales de la privatización, la desnacionalización y la ocupación de la República Mexicana fueron también votadas por la inmensa mayoría de los diputados y senadores del PRD y de la izquierda institucional, hechos que no cabe recordar sólo por explicable resentimiento sino para pensar bien y actuar mejor. En el terreno político, la debacle de la supuesta “transición democrática” empezó cuando el legislativo votó contra los derechos de los pueblos indios, es decir contra el único camino para alcanzar una democracia en un país donde todavía existen y se renuevan las luchas del colonizador y el colonizado.

La alianza de todos los partidos del México Criollo y Mestizo, incluso el que se dice de izquierda, privatizó además la televisión y los “medios”, armas poderosas de persuasión y educación por las imágenes, los sonidos, las palabras y las sinrazones. A poco los “medios” privatizados se voltearon contra sus generosos adversarios a los que hoy atacan con sonriente furor.

La pérdida del poder financiero y la sujeción implícita o explícita de todos los partidos políticos significó la muerte por asfixia de la educación en todos sus niveles. El “Poli”, “Chapingo”, la Normal, las normales rurales, la “UNAM” y más de treinta universidades públicas sufrieron –y están amenazadas de sufrir aún más-- recortes de presupuesto, mutilaciones de planes de estudio, acosos de grupos de choque, cercos de narco-menudeo, sindicalismo gansteril, en muchos casos, encargado de enseñar con el ejemplo, que la corrupción y “la transa” son el mejor camino del éxito. Con tan nobles principios, se dieron los elementos para formar nuevas generaciones de mexicanos funcionalmente analfabetos, moral e intelectualmente débiles, muchos de ellos drogados, o autodestruidos en su ética y en su capacidad de comprender y de amar, víctimas de una nueva personalidad festejada por la Televisión en la que destacan los “consumidores babosos”, que se azoran de los bajos precios y la alta calidad de las mercancías mientras dan saltos de felicidad por las bondades del Mercado. El sistema escolar se diseñó como fábrica de ciudadanos que ignoren la historia universal y nacional y con maestros a quienes se prohíbe enseñar filosofía, término que etimológicamente significa amor a la verdad. Prohibido amar la verdad y la vida. Prohibido también conocer la verdadera historia del pueblo mexicano y de la Humanidad.

El neoliberalismo significó también el abandono de la política social y del desarrollo nacional. Generó una cultura del cinismo frente a las acusaciones de robos y peculados gigantescos; un “a mí me vale” frente a las críticas y las protestas fundadas, razonadas, incluso de altos funcionarios oficiales. Practicó la violencia en el uso de la razón, la violencia en la interpretación y aplicación del derecho; la violencia en la falta de respeto a las garantías individuales, en la fingida guerra contra la corrupción y en una supuesta guerra contra el narcotráfico que hizo sus principales víctimas entre civiles, niños, mujeres, jóvenes y viejos, sobre todo cuando eran pobres o medio pobres. Al mismo tiempo que la escenificación de la guerra sembró el “espanto” dejó fuera de foco a los verdaderos beneficiarios encargados del “lavado de dinero billonario” del narcotráfico. Estos siguieron cómodamente instalados en los “segundos pisos” de los grandes bancos y en sus sucursales en Islas Caimán, Luxemburgo, Suiza, hechos todos que no sólo han denunciado las fuerzas de oposición o las organizaciones de la sociedad civil, sino los propios servicios de información del gobierno de Estados Unidos, del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional.

Al usar semejantes políticas, alentadas por las fuerzas de un imperialismo que se reserva el derecho de criticar y enjuiciar a sus aliados y subordinados, los gobernantes neoliberales de México, sentaron las bases de un “Estado Fallido” y también las de un “Estado Canalla”. La violación permanente del derecho por el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, la violación del derecho positivo, del derecho natural, de los derechos humanos y las libertades democráticas, no se diga ya de los derechos sociales; la aplicación del derecho para legitimar las acciones delictuosas de los amigos y validos y para criminalizar la información y la crítica a través de los “medios”, se convierte en el estilo neoliberal de gobernar de una llamada “Democracia consociativa”, cuyos soberanos del Imperio mañana aplicarán “el garrote” a quienes hoy corrompen con “la zanahoria”, medida que tomarán en México como las han tomado en Irak, en Afganistán, y en muchos otros países, cuando sus socios avasallados y entrenados ya no le sirven para continuar la expansión de su poder y de sus mercados. Por lo pronto, el Imperio los prepara con base en los manuales de la política y la “guerra de baja intensidad”, que ahora se libra contra “el terrorismo”, “el narcotráfico”, o “el fundamentalismo”. Alienta a expertos en terrorismo (que a veces lo traicionan), deja hacer y deja pasar al narcotráfico (fuente de otros negocios), subsidia los cultos del cristianismo del miedo – de muertes y de fuego--, todo –entre otros fines--para aterrorizar a los pueblos y privarlos de valor cívico, de voluntad de lucha; de comunicaciones, de informaciones, de organizaciones. Incluso arma teatros de revolución limitada para que los gobiernos alebrestados “entren en razón”.

Un peligro manifiesto amenaza a México: la inmensa “muralla de la ignominia”, construida a altos costos a lo largo de más de cuatro mil kilómetros de Frontera política entre México y Estados Unidos. La “muralla de la ignominia” es el más claro signo de los malos augurios que “del otro lado” se hacen sobre el futuro de México. La “frontera amurallada significa, hasta dónde quieren llevar al país –y con él y Colombia- a América Latina, y cómo esperan reacciones sociales de gran violencia, y éxodos de inmensas multitudes de miserables que la Frontera ayudaría a detener, como en Palestina. Quienes la levantaron bien saben que todas las políticas que con sus asociados y subordinados están aplicando en América Latina, “van a verse obligados” –sigue “la carga del hombre blanco”--, tarde o temprano, a asumir el mando militar de la inmensa región tantas veces subyugada y depredada, en la que sustituirán a presidentes más y más desprestigiados por otros que representen una “verdadera transición a la democracia”, por supuesto al estilo de Irak o de Afganistán. Si aquí y allá están totalmente equivocados en su cruel y necio triunfo no por eso dejan de ser temibles en sus empresas intervensionistas. Si varios países de América del Sur han pasado a la ofensiva, no por eso van ellos a limitarse a la defensiva, y menos cuando cuentan con fuertes aliados y subordinados como México y Colombia, en los que pueden intervenir cada vez más y con más fuerza.

Para el Imperio, México da visos crecientes de ser un “Estado Fallido”, y todo indica que en la solución de sus problemas, el gobierno de México opta cada vez más por el uso de la violencia y la violación de los derechos humanos, lo que quiere decir que para pronto también caerá en la categoría que sus padrinos y jueces aplican: la de “Estados Canallas”. Semejantes “conclusiones” de “políticas” supuestamente “no buscadas”, confirman que el Imperio busca hacer de nosotros y de Nuestra América, su “Patio Trasero” y un puente más de la conquista del continente, y de la reconquista de Brasil, Venezuela, Bolivia, Cuba.

Por todas esas y otras razones el problema prioritario a vencer es el imperialismo compartido por las oligarquías criollas avasalladas, que ¡no conocen al pueblo mexicano! En las condiciones actuales, para los insumisos y la izquierda el recurso ineludible a forjar, desde las movilizaciones sociales o desde las luchas electorales, es la organización y articulación de pueblos y trabajadores, para una lucha pacífica, como el pueblo mexicano quiere, pero en la que su capacidad de defenderse aumente hasta triunfar. El triunfo se logrará si desde los colectivos hasta las vanguardias se impone una moral de lucha que fortalezca la dignidad y el coraje de los pueblos. Moral social y nacional frente a la corrupción del capital, moral de lucha frente a la intimidación del imperio. Sólo el fortalecimiento de la dignidad, de la voluntad y la lucidez en colectivos que no pretendan instrumentar a los demás permitirá defender los intereses de la nación y de los trabajadores. Respetuosos de las políticas en que los colectivos difieran, y a partir de sus distintas posiciones de lucha lograrán la unidad y la fuerza. Pero ésta sólo se preservará para consolidar el triunfo si los pobres de la tierra y quienes están con ellos se organizan en formas autónomas, como hermanos y compañeros a los que se respeta en su dignidad y en sus decisiones emancipadoras.

Si la izquierda quiere encontrar su camino tiene que respetar a los pobres de la tierra. Está obligada a adquirir un compromiso a la vez moral y político y comprobar que cumple en cada uno de sus pasos. No esa hora de recriminaciones, sino de convocatoria a una nación como la mexicana donde la inmensa mayoría de la población es de ciudadanos pobres. Es un llamado a respetar y apoyar otros movimientos emancipadores como el de Cuba, Venezuela, Ecuador, Brasil, Paraguay que tienen el camino abierto para profundizar y extender el poder de sus pueblos cada vez más organizados, educados, informados y creadores. Que el camino no esté asegurado nos induce a fortalecernos con los caminantes organizados en múltiples redes y crecientes vanguardias.

La lucha emancipadora entrañará una fuerza capaz de re-nacionalizar, capaz de des-privatizar a una nación y a una sociedad saqueadas y oprimidas por el más despiadado proceso de acumulación primitiva, de macro-robos legalizados e ilegítimos.

En la nueva historia participarán pueblos y trabajadores experimentados y entrenados en luchas anteriores por la Patria, la Paz y la Humanidad, por “El socialismo” que será el del siglo XXI e irá más allá del socialismo parlamentario y del socialismo burocrático.

En la nueva historia participarán los militares patriotas y democráticos que tantos precursores tienen en México desde Allende y Aldama, desde Juan de la Barrera y los jóvenes héroes de Chapultepec, desde el General Zaragoza, desde el general Ángeles, desde el general Lázaro Cárdenas: todos irán más allá del nacionalismo revolucionario que se aburguesó y liquidó.

En la nueva historia participarán los cristianos que han vivido la “reconversión” y que irán más allá del paternalismo y de la caridad que no resuelven los problemas de los pobres, que antes humillan su dignidad y hasta los llevan a practicar una humildad enajenada.

En la nueva historia participarán los herederos de Hidalgo y de Bolívar, de Juárez y de Martí, de Flores Magón y de Zapata.

La lucha emancipadora entrañará un nuevo pacto social que vaya más allá del estado benefactor, populista, o burocrático-socialista, hacia una democracia en que las avanzadas recuperen, con el país, el proyecto de la emancipación humana.

En la creación histórica necesaria y posible será válido para todos, y no sólo para los nuevos zapatistas, el grito de “Libertad, Justicia, Democracia.”

Tejer en formas concretas la unidad de los pobres de la tierra y de quienes estén con ellos, y organizar redes de colectivos que incluyan a los excluidos y explotados, definirá nuestra posición en la creación de un mundo capaz de sobrevivir y de dar un paso inmenso en la lucha por la emancipación humana.

Es necesario comprender que pronto va a sonar el otro grito de la Independencia. Los pueblos y los trabajadores organizados, informados y conscientes, abrirán el camino de la victoria. ¡Viva México! ¡Viva la vida! ¡Viva la jornada que nos espera!

S

En manos honradas el presupuesto alcanza para las necesidades, sostiene en Oaxaca

Suspenden entrega de apoyos a indígenas con el pretexto de la visita de AMLO

Ciro Pérez Silva, Enviado.


Santa María Tlalixtac, Oax., 24 de septiembre. Cuando se maneja el presupuesto con honradez alcanza para atender las necesidades de la gente, “pero cuando cae en manos de gobernadores corruptos y ladrones como Ulises Ruiz, sólo alcanza para crear más pobreza y desigualdad”, afirmó Andrés Manuel López Obrador.

Ante decenas de simpatizantes que se reunieron frente al palacio de gobierno, el tabasqueño lamentó la situación de abandono en la que se encuentran las comunidades de usos y costumbres, como las que recorrió este jueves, muchas regidas por las cuales quedaron incomunicadas luego de las lluvias de la víspera.

A pesar de las condiciones de pobreza en la que se encuentra la mayoría de los mexicanos, el “gobierno usurpador” quiere aumentar los impuestos, cobrar más por la gasolina, el diesel, la luz y el gas, “eso es algo a lo que nuestro movimiento se opone. El lunes pasado presentamos una propuesta alternativa que se basa en dos vertientes: un recorte en los salarios y prestaciones de la alta burocracia y acabar con los regímenes especiales para que las grandes empresas paguen impuestos. Con eso basta para resolver el faltante de 300 mil millones de pesos de las finanzas públicas”, subrayó.

López Obrador inició este jueves su gira por San Francisco Chapulapa. Apenas se presentó frente a la presidencia municipal, un grupo de funcionarios del programa Oportunidades corrió hacia la cancha de básquetbol que se encuentra a un costado, para recoger toda la papelería, mientras otro grupo subió a la oficina del presidente municipal para advertirle que si recibían al tabasqueño, iban a dejar de entregar los recursos del programa.

Casi al mismo tiempo, decenas de mujeres que esperaban este beneficio se acercaron al ex jefe de gobierno del Distrito Federal para saludarlo, mientras que las que se percataron del retiro de los funcionarios del gobierno federal, los rodeaban para intentar detenerlos.

“Tenemos órdenes de irnos en cuanto llegaran ellos”, señalaron los representantes del gobierno federal ante las mujeres que emplearon varias horas en llegar a esta cabecera municipal, además de que gastaron el poco dinero que tenían.

Sorprendidos, López Obrador y los senadores de Convergencia, Gabino Cué, y del PRD, Salomón Jara, se dispusieron a abordar los vehículos para salir del municipio a efecto de que se entregaran los recursos del programa, pero los funcionarios ya habían abordado su transporte y se negaron a repartir el dinero a las mujeres, lo que provocó reclamos contra López Obrador y los senadores.

–¿Estaba previsto que los visitaran para entregarles los fondos del programa? –se les interrogó.
Quien además de cuicateco hablaba un poco de español respondió que los funcionarios “llegaron tarde, hace mucho que nos debían entregarlo, pero no venían”.

“Los están engañando, esa es una maniobra del gobierno para que ustedes nos culpen a nosotros, pero el dinero que les deben entregar es suyo, deben obligarlos a que se los den”, sostuvo López Obrador.

La operación se repitió en el municipio siguiente, donde las autoridades directamente cerraron los accesos al centro de la comunidad y obligaron al tabasqueño a dar su mensaje desde una calle aledaña.

“Por más obstáculos y bloqueos que nos pongan, nosotros vamos a visitar todos los 418 municipios de usos y costumbres de Oaxaca,” advirtió Andrés Manuel López Obrador en el tercero de los municipios que visitó, y en el que a pesar de la oposición de las autoridades, se reunieron para escucharlo unas 300 personas.

Por la noche, en el municipio de Santa Ana Cuauhtémoc, uno de los vehículos que acompaña a López Obrador volcó en una pendiente y cayó aproximadamente seis metros. No hubo lesionados. En este vehículo viajaban Otilia Galindo, Martha Rodríguez, Carmen Núñez, reportera del “gobierno legítimo”, Felipe Martínez Soriano y el reportero del diario Milenio Heliodoro Cárdenas, quienes sufrieron contusiones leves de acuerdo con el reporte que dio el médico del lugar. La gira del tabasqueño concluyó en el municipio de Cuyamecalco de Zaragoza.

viernes, 18 de septiembre de 2009

CONSECUENCIAS DE LA MINERÍA EN EL PERÚ.
















Génesis: versión revisada

Gustavo Duch Guillot *


En el principio el capitalismo creó a su dios. Un ídolo al que temer y le llamó, en ejercicio egocéntrico, El Capital. Un dios masculino que está en todas las cosas y en todos los lugares, por encima de todas las cosas y de todos los lugares. Se propagó a lomos del colonialismo económico y del latifundismo del pensamiento único. Y atardeció y amaneció: día primero.

Dijo El Capital: “La tierra es caos, confusión y oscuridad. Hágase una Doctrina”. Y fundó la Economía que ordenó el mundo. Y todo estaba bien. “Hágase una legión de economistas predicadores de la buena nueva, una Iglesia responsable del culto a la Doctrina”. Y así fue. Brotaron las Instituciones del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de la Organización Mundial de Comercio que aplican su Ley. Y El Capital dijo que serían infalibles, pero no muy seguro de sí mismo –un diosito flojeras– parió a los Ejércitos Profesionales. Y atardeció y amaneció: día segundo.

Y dijo El Capital: “Hagamos a nuestros hijos a nuestra imagen, como semejanza nuestra”. Y creó, pues, El Capital a las Multinacionales a imagen suya para enriquecerse en su nombre. Y atardeció y amaneció: día tercero.

Dijo El Capital a sus hijas las Multinacionales: “Sed fecundas, eficientes, rentables y multiplicaos, henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que repta o camina sobre la tierra”. Y así fue. Los ríos, los manglares, los mares, la tierra, los animales, los seres humanos, el paisaje, el aire, todo es sujeto de transacción, todo está en el catálogo de demoliciones. Y atardeció y amaneció: día cuarto.

Dijo El Capital: “Haya categorías de personas”. Y El Capital dispuso de la explotación existente sobre algunos seres humanos: de la mayoría. Se descendió a categoría de sobrantes a las mujeres, a los indígenas, a los negros y negras, las niñas y los niños… Y El Capital dijo “Los sobrantes no tienen derechos, ni tan siquiera piensan, o si piensan, se equivocan. Su función es trabajar para producir más bienes (mercancías, quería decir en realidad) y más servicios que se puedan comprar y vender, que generen riqueza: la savia que alimenta al capitalismo”. Y así fue. Son las siervas domésticas, las manos del algodón, las uñas del caucho, las espaldas llagadas de acarrear oro, diamantes y coltán. La jornada de 16 horas, los contratos temporales y una larga serie de mecanismos eufemísticos de la esclavitud. Y atardeció y amaneció: día quinto.

El Capital disimuló y dijo: “Que llueva la democracia”. Y medio desatinó. Llovió sobre algunos países y sobre otros no. Pero en ninguno se ejerce. Se muestra en el escaparate y anda nuevecita casi sin estrenar. Se usa, en ocasiones y más bien que mal, en la política, pero El Capital no mandó las instrucciones para usarla en la economía, en la cultura, en la relación entre hombres y mujeres, en la alimentación… Y atardeció y amaneció: día sexto.

Vio El Capital cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y desde entonces, desde el séptimo día, el día ocho, el día nueve, y así hasta el fin de los tiempos, El Capital y sus secuaces descansan.

* Ex director de Veterinarios Sin Fronteras, colaborador de la Universidad Rural Paulo Freire

martes, 8 de septiembre de 2009

¿QUÉ INDEPENDENCIA FESTEJAREMOS LOS INDIOS DE MÉXICO?






¿QUÉ INDEPENDENCIA FESTEJAREMOS LOS INDIOS DE MÉXICO?

Parte I

La conmemoración del Bicentenario de la Independencia de México es una excelente nueva oportunidad para que los Pueblos Indígenas –habitantes milenarios del Territorio que hoy se denomina México– revisemos nuestro lugar y condición social y política en este país. Es una oportunidad para que los mexicanos y el Estado nacional mexicano revise de frente a la Nación cuál es el tipo de relación social y política que ha impuesto a los Pueblos Tribus y Naciones originarias. Es una nueva oportunidad para actuar en consecuencia.

¿LOS INDIOS FORMAMOS PARTE ORGÁNICA DE LA NACIÓN MEXICANA?

En 1993 hice un análisis sobre los Derechos Humanos y las condiciones de vida de nuestros Pueblos Indígenas en la Sierra de Zongolica, Veracruz. Mi interlocutora era de una ONG extranjera. Decía que en principio me creía, pero que en el fondo se cuestionaba si en realidad yo era objetivo o estaría exagerando; ante mi consternación ella me explicó que en esos días se realizaba un evento internacional en Bélgica y que el gobierno de México había montado un stand con la presencia de elementos culturales de las diferentes regiones del país, de todo ello, destacaba la presencia de sujetos vestidos a la usanza tradicional de los indígenas mexicanos y que al cuestionarles sobre las condiciones en las que vivían sus Pueblos y sobre la relación que tenían con el Estado nacional la respuesta dibujaba a un buen Gobierno y a Pueblos Indígenas satisfechos y felices. México y “sus indígenas” estábamos a un paso del primer mundo.

Eran múltiples y enormes los esfuerzos del Movimiento Indígena Nacional para mostrar a los mexicanos y al mundo la verdadera realidad, la condición de opresión, dominio, segregación y pobreza extrema de nuestros Pueblos Originarios y su lucha por un cambio justo, pero eran insuficientes para superar pronto la propaganda mediática del Estado.

El levantamiento armado del EZLN en enero de 1994 rompió de tajo el monopolio de la verdad del Estado y su mal gobierno. El manejo mediático inteligente que dio a su lucha armada en Chiapas bloqueó la mordaza impuesta por el Gobierno a los medios de comunicación, la presencia de los medios internacionales terminó por confirmar que el Gobierno mexicano era un tramposo y mentiroso. Tales acontecimientos por extensión reivindicaron a los representantes indígenas que dentro y fuera del país veníamos denunciando las injusticias y luchando democráticamente por nuestra liberación. El EZLN siendo mayoritariamente indígena no era un movimiento étnico pero su levantamiento armado finalmente concatenó principalmente al Movimiento Indígena Nacional. Por eso, aceptamos gustosos ser sus asesores durante el diálogo de San Andrés en octubre del año 1995.

Paradójicamente, debe reconocerse, fue Carlos Salinas de Gortari quien inició el proceso de reconocimiento de la existencia de los Pueblos Indígenas en México. En 1991 aceptó suscribir el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales de 1989. Este Convenio era el primer instrumento internacional en la historia que establecía algunos derechos de los Pueblos Indígenas dentro de los Estados nacionales y tenía carácter vinculante, es decir, era ley.

Sin detenerme en las limitaciones conceptuales y jurídicas del Convenio, muchos vimos en éste una tablita en medio del océano. Tenía derechos fundamentales como el derecho a la Consulta que mucho bien ha hecho a nuestros Pueblos.

Pero cuando Salinas envió el Convenio al Senado para su ratificación descubrieron que el Convenio 169 era contradictorio con nuestra Carta Magna porque siendo aquél un instrumento destinado a proteger algunos derechos de los Pueblos Indígenas, en nuestra Constitución Federal no existía referencia alguna a la existencia jurídica de los Pueblos Indígenas. ¿Descuido histórico? No, decisión política históricamente, conscientemente asumida por los políticos mexicanos.

A principios del siglo XIX, de cada 10 habitantes, 8 eran hablantes de alguna Lengua Indígena. A pesar de ello, desde los preparativos de la insurrección a finales del siglo XVIII hasta la culminación del proceso de independencia de México, los insurgentes habían incorporado a los Indígenas sólo como fuerza de choque, como tropa, de correos a lo sumo. Influidos por la ideología liberal francesa y hasta la monárquica española, los Insurgentes nunca pensaron en un proyecto de Nación multiétnica. A los indios nos ofrecieron cambiar de amo y nos prometieron la restitución de algunas tierras pero nunca formar parte del nuevo Estado. Nunca nos ofrecieron ser hermanos.

Culminada la independencia, los pocos insurgentes vivos (aculturizados unos, mezquinos otros) y la mayoría de criollos y españoles independentistas, francamente colonialistas, decidieron conscientemente excluir a los Pueblos, Tribus y Naciones Originarias de su Proyecto de Nación. La abrumadora mayoría de los políticos dirigentes de la época se escudaron en un idílico proyecto liberal de Nación Única,y bajo el slogan liberal de que todos seríamos iguales ante la ley nos denominaron a todos los habitantes del territorio nacional genéricamente mexicanos. Así, de un plumazo, los nuevos mexicanos políticamente proscribieron de México a los Pueblos Tribus y Naciones Originarias.

A Salinas le interesaba estar a tono con el mundo desarrollado y era tan holgada su supuesta popularidad que pretendiendo responder al reclamo del Movimiento Indígena Nacional y al mismo tiempo mostrarse como estadista benefactor ante el primer mundo (ya promovía un asiento para México en la OMC e incluso dirigir a ésta), que se dio el lujo de promover la reforma constitucional que crearía el artículo 4 que no otorgaba derecho alguno pero por primera vez reconocía la existencia en México de los Pueblos Indígenas como el sustento original de la Nación mexicana. Subrayo, una vez más, la República mexicana se formó con un 80% de población indígena y sólo un 20% de población que no lo era. Así, a partir de 1992, el Convenio 169 era ya ley nacional; su rango era inferior a la Constitución Federal, del mismo nivel de las Leyes federales, pero superior a las Constituciones Locales.

Después de 182 años por fin los Pueblos Indígenas ERAN MENCIONADOS en la Ley Fundamental de México, NO NOS RECONOCÍAN DERECHO ALGUNO pero se reconocía la existencia de esos colectivos llamados Pueblos Indígenas QUE EN EL PASADO fueron el sustento de la formación de la Nación mexicana.

Esta estrategia del Estado que pretendía en 1992 reducirnos a entidades del pasado y a elementos meramente folklóricos para arropar de nuestro misticismo y valores a la Nación mexicana se desvaneció coyunturalmente con el levantamiento armado de los Indios de Chiapas. México no tenía a los indígenas en su alma, los tenía bajo sus pies, oprimidos en calidad de vasallos.

A partir de 1995 con la conjunción del EZLN y el Movimiento Indígena Nacional que dieron cuerpo a los Acuerdos de San Andrés, los Pueblos Indígenas demostramos ante la Nación mexicana que seguimos siendo extranjeros en nuestra propia tierra; que estamos excluidos del Estado mexicano, de sus instituciones y de su política pública; que existe una política histórica de segregación y etnocidio vía empobrecimiento extremo y aculturización que nos obliga a dejar de ser indígenas para poder ser mexicanos; demandamos ante la Nación un nuevo Pacto Federal que haga reconocimiento pleno a los derechos autonómicos de los Pueblos Indígenas como sociedades originarias histórica y culturalmente diferenciadas. En suma, los Pueblos Indígenas se revelaron como uno de los grandes problemas nacionales de México a resolverse para que verdaderamente seamos mexicanos, estemos en paz y tengamos algo que celebrar.

Este documento fue publicado el sábado 29 de agosto en la Jornada de Veracruz

jueves, 3 de septiembre de 2009

LOS MUNICIPIOS EN PELIGRO DE QUIEBRA.

Publicado: Martes, 18 de agosto de 2009 a las 06:00

Las transferencias del Gobierno federal hacia los municipios han bajado 25% en lo que va de 2009; para contrarrestarlo las entidades recortan proyectos y empleos, pero ¿cuál será la solución?

Por: Carlos González Barragán*

CIUDAD DE MÉXICO — Las transferencias federales en México se han reducido en 25% en lo que va del año 2009 y ahora los municipios enfrentan una situación crítica.

La queja por la falta de recursos en los municipios mexicanos lleva meses. Sin embargo, apenas hace unos días circuló en la prensa nacional la noticia sobre el peligro de quiebra de por lo menos 1,000 de los 2,439 municipios. En la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM) hay quienes afirman que esta situación podría afectar a 2,000 ayuntamientos. También, fue en estos días cuando algunos ayuntamientos optaron por implementar medidas dolorosas como reducir gastos y recortar personal, o controversiales como cerrar sus puertas. ¡Todo en nombre del ahorro! Sin duda, ningún alcalde desea recortar servicios, pero hoy la situación lo amerita.

¿Los municipios están realmente quebrados? Si se observan los ingresos municipales per cápita, se puede ver un incremento sostenido hasta el año pasado. Además, en los últimos 10 años, no ha existido período que registre decremento en el nivel de transferencias a estados y municipios en el presupuesto federal. Esto se ha reflejado en las arcas municipales. Por ejemplo, el ingreso total del municipio medio en México pasó de 1,387 pesos a 2,069 pesos por habitante entre los años 2000 y 2005, según cifras de INEGI analizadas por el autor considerando la inflación. En este lapso los ingresos propios -aquellos que recauda directamente el municipio como los procedentes del impuesto predial- se incrementaron en 60%, las participaciones federales en 26%, las aportaciones federales en más de 80% y el financiamiento en más de 150% en términos reales. (Esta última cifra se debe a que la deuda municipal era casi inexistente en el año 2000).

Sin embargo, en el 2009 la situación es diferente. Se enfrenta una crisis económica y las partidas de transferencias fueron recortadas. El monto transferido a estados y municipios de enero a junio fue de 181,746 millones de pesos. Cifra que se compara negativamente con los 230,960 millones de pesos transferidos en el mismo período del año pasado. Representando una reducción real de 25.8%, según datos de la Secretaría de Hacienda. Es decir, si el año pasado un municipio gastaba 100 millones de pesos hoy deberá sobrevivir con sólo 75 millones. Y es esta súbita reducción en ingresos que podría llevar a muchos ayuntamientos a la quiebra.

Ante esta circunstancia los municipios pueden tomar varias medidas de corto y de mediano plazo. En el corto plazo se puede optimizar la recaudación para que el municipio tenga su base de ingresos propios segura y cuidar los egresos evitando gastos innecesarios. Adicionalmente, se puede buscar algún convenio con otro orden de gobierno para que apoye durante la crisis - como se imaginará, ésta es de las primeras opciones que están considerando los alcaldes. Otras medidas menos populares son la suspensión de obras, el recurrir a líneas de crédito en caso de que existan y la venta de activos. En el mediano plazo la solución radica en buscar nuevas formas de proveer servicios - ya sea el propio municipio o en colaboración con el sector privado - y en asegurarse que el municipio opere de una forma eficiente.

Una alternativa novedosa para financiar a los municipios en años recientes ha sido la emisión de certificados bursátiles y el crédito garantizado con participaciones federales. Esto libera ingresos futuros para ser ejercidos hoy. Dicha solución no parece ser una medida ideal para el problema actual. La bursatilización es muy útil para financiar proyectos de infraestructura y gastos de capital, pero no es deseable para pagar gasto corriente como sueldos, salvo que se tenga la certeza de que es un problema temporal.

Sería irreal pensar que actualmente la federación pueda restituir el 100% del nivel de participaciones del año anterior, pero lo que sí es factible es que el recorte sea menor. Sería irreal esperar que un alcalde deba hipotecar el desarrollo futuro para pagar la nómina, pero sí debe haber evidencia que se han tomado medidas internas para controlar los egresos. Sería irreal suponer que la federación rescatara a los municipios, pero sí es deseable que se genere un esquema en el que el Gobierno federal apoye a los ayuntamientos creando incentivos para que éstos presten servicios y cumplan con sus compromisos.

Sin duda, la solución implicará sacrificios y será diferente en cada municipio, pero dada la magnitud del problema es muy probable que el común denominador sea un apoyo extraordinario de la federación. Si esto no sucede, muchos municipios podrían derrumbarse financieramente.

* El autor es doctorante en Política Pública por la Escuela en Administración Pública y Política Pública del Tecnológico de Monterrey, Maestro en Política Pública por la Universidad de Harvard y Licenciado en Finanzas Internacionales por la Universidad de Monterrey.

martes, 1 de septiembre de 2009

Minería en América Latina: Daños a cielo abierto





Minería en América Latina: Daños a cielo abierto
Por Agencia de Noticias Plurinacional del Ecuador - Thursday, Jul. 23, 2009 at 1:53 PM
agenciaplurinacional@yahoo.com

TLALPUJAHUA, México, 22 jul (IPS) - Mariana Rangel se llena de nostalgia cuando mira las instalaciones abandonadas de la mina Dos Estrellas, donde trabajó seis años como secretaria. "Eran tiempos prósperos y hoy sólo queda esto", dice la mujer a IPS mientras señala el área donde se ubicaba el antiguo hospital.


Por Emilio Godoy*
La comunidad de Tlalpujahua, un pueblo de estilo colonial a 160 kilómetros de la capital de México, bien puede ser símbolo de la grandeza ilusoria y los daños reales de la minería en este país. Entre 1905 y 1913 fue una de las mayores productoras de oro del mundo, y en 1959 fue liquidada por el gobierno por su escasa rentabilidad.

En un lapso de ocho años, de ese yacimiento que fue propiedad del belga François Joseph Fournier, se extrajeron 45.000 kilogramos de oro y 400.000 kilogramos de plata mediante las más modernas técnicas de la época.

Un siglo después del cenit de esta localidad de 8.000 habitantes, la minería de socavón, pero sobre todo la practicada a cielo abierto son objeto de una fuerte polémica, por los magros beneficios que dejan a las comunidades e incluso a los estados, que en cambio deben lidiar con su legado de contaminación.

Organizaciones no gubernamentales de diferentes lugares del mundo establecieron que este miércoles 22 de julio se conmemore el Día Internacional contra la Minería a Cielo Abierto.

El caso más emblemático en México es la lucha de una década del movimiento no gubernamental Pro San Luis Ecológico contra la empresa Minera San Xavier, de capitales canadienses, y su explotación del Cerro San Pedro en el central estado de San Luis Potosí, a unos 400 kilómetros de la capital mexicana.

El movimiento de ecologistas y pobladores acusa a la compañía, filial de la canadiense New Gold (fusionada el año pasado con Metallica Resources) de contaminar los mantos acuíferos con cianuro empleado para separar el oro y la plata de la roca, de extraer agua en forma desmedida y de operar en una zona ecológica.

La minería ha sido parte fundamental de la historia de esa región. Los habitantes no se oponen a la explotación subterránea, que se practicó durante siglos. Pero rechazan la minería a cielo abierto, que consiste en abrir literalmente un enorme cráter en la montaña, de varios cientos de metros de profundidad, desplazando millones de toneladas de rocas luego tratadas con cianuro y agua.

CANADIENSES A LA CABEZA

"Es muy triste que la minería a cielo abierto esté en boga. Canadá ya se dio cuenta de que puede controlar a México con esas inversiones", dijo a IPS el abogado Héctor Barri, de Pro San Luis Ecológico, en referencia al predominio de las empresas canadienses en el sector minero.

Canadá encabeza la lista de países sedes de empresas trasnacionales con explotaciones a cielo abierto, con 51 por ciento de todo el capital minero. México ha sido más rico en plata que en oro, aunque su territorio alberga 23 depósitos minerales gigantes, que lo ubican entre los 12 mayores productores globales en al menos 18 elementos.

Estadísticas oficiales indican que, hasta el mes de junio, 263 compañías mineras con capital extranjero operaban 677 proyectos en México, 70 por ciento de ellas canadienses. En 26 de los 32 estados de este país hay corporaciones e inversiones extranjeras, que se concentran sobre todo en los norteños estados de Sonora, Chihuahua, Durango y Sinaloa.

Pro San Luis derrotó legalmente en dos ocasiones a Minera San Xavier, lo cual no ha impedido que ésta prosiga la explotación minera.

Entonces el movimiento llevó el caso a la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), creada en 1994 por Canadá, Estados Unidos y México dentro del marco de pactos ambientales complementarios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

La CCA contempla las peticiones ciudadanas sobre aplicación de la legislación ambiental. En esa facultad se amparó en febrero de 2007 la solicitud de Pro San Luis Ecológico, argumentando que la Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente y Recursos Naturales violó leyes mexicanas al autorizar una licencia para explotar oro y plata a la Minera San Xavier.

Pero los fallos de la CCA no obligan al Estado demandado a acatarlas, por lo cual "son puros llamados a misa. La CCA no tiene fuerza coercitiva, es un juicio moral", subrayó Barri.

El 15 de julio, el Secretariado de la CCA, con sede en la ciudad canadiense de Québec, propinó un revés a los ambientalistas, al dictaminar improcedente la denuncia.

La CCA se escudó en la existencia de procedimientos legales en curso, la falta de información disponible al público por la confidencialidad de esos procedimientos y la posibilidad de duplicar esfuerzos, ya que hay expedientes judiciales en marcha sobre ese mismo caso.

PROCESO SIGUE EN MÉXICO

Minera San Xavier obtuvo en febrero de 1999 permiso para explotar el Cerro San Pedro, a pesar de un decreto del gobierno estadual que lo declaraba zona ecológica.

"Nunca se debió otorgar el permiso a la minera, ahí empiezan los problemas. Es un caso flagrante de impunidad ambiental", sostuvo Barri.

Pro San Luis inició el procedimiento legal y en octubre de 2005 un tribunal federal declaró nula esa autorización. Pero en abril del año siguiente la Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente extendió una nueva licencia ambiental a la empresa.

En mayo de este año un tribunal colegiado, compuesto por tres magistrados, volvió a dar la razón al movimiento ecologista. "Es el único caso en el mundo en que se ha ganado en los tribunales de forma clara y contundente. Pero, tristemente, las autoridades han omitido el cumplimiento", enfatizó Barri.

Ante ese panorama, Pro San Luis presentó el 14 de este mes una demanda penal contra el presidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal, Francisco Cuevas, y el magistrado Alejandro Sánchez por retraso en la aplicación de justicia, obstaculización y ejercicio indebido de función pública. Además, solicitó a la Suprema Corte de Justicia que analizara ese expediente.

QUINCE CASOS PERUANOS ANTE LA CIDH

En Perú, uno de los mayores productores de minerales del mundo, la expansión del sector ha ido de la mano de las demandas comunitarias, trasladadas en algunos casos a instancias internacionales ante la débil respuesta de las autoridades nacionales.

En 2003, la Coordinadora Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (Conacami), presentó 15 denuncias relacionadas con esta actividad ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), alegando que el Estado vulneraba derechos fundamentales de las poblaciones de zonas mineras.

Entre esos casos se encuentran el de los "relaves" (residuos tóxicos) de San Mateo de Huanchor en la occidental provincia limeña de Huarochiri, el derrame de mercurio de Choropampa en la norteña región de Cajamarca, el de los depósitos de minerales en el Callao, cerca de Lima, y el del complejo de fundiciones de La Oroya, en la región centro-andina de Junín.

"El Estado impulsa la minería como motor de su modelo económico, pero no aplica al mismo tiempo políticas públicas para proteger a la población de los impactos que genera esta actividad. Eso es un absurdo", dijo a IPS la abogada Marleni Canales, responsable de incidencia y políticas públicas de la Conacami.

De los 15 casos denunciados, la CIDH ordenó al Estado peruano medidas cautelares a favor de las poblaciones de San Mateo de Huanchor y de La Oroya.

San Mateo de Huanchor se ubica al noroeste de Lima, en la cuenca alta del río Rímac y a una altitud de 3.200 metros sobre el nivel del mar, en una zona donde se practica la ganadería y la agricultura.

De acuerdo con un estudio elaborado por la Dirección General de Salud Ambiental en 2000, los residuos minerales allí tenían altas concentraciones de arsénico, plomo, zinc y cianuro.

La Conacami envió en abril de este año una nueva denuncia de incumplimientos a la CIDH solicitando que se pronunciara sobre el tema de fondo y pasara el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión tiene hasta septiembre para emitir su veredicto, según Canales.

Otro caso simbólico es el de La Oroya, cuya población está severamente afectada por los agentes tóxicos que emanan de la metalurgia que opera la empresa estadounidense Doe Run.

La planta de La Oroya procesa minerales que se extraen de al menos 30 yacimientos de la zona centro y sur del país que, la mayoría a cielo abierto. Después de muchos plazos extendidos y violados, Doe Run intenta nuevamente que el gobierno le dé más tiempo para cumplir con el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental, fundamental para reducir las emanaciones tóxicas.

En 2007 la CIDH dispuso una medida cautelar a favor de 65 moradores de La Oroya, afectados por la contaminación. En este caso también se espera de la Comisión un dictamen y una elevación del proceso ante la Corte.

"Las instancias nacionales se han agotado, porque pese a todos los reclamos no se toman medidas efectivas. Lo que le queda a la población es presionar afuera porque ahora hay más interés en estos temas en el sistema internacional", dijo a IPS el economista José de Echave, responsable del Programa Minería y Comunidades de la organización no gubernamental CooperAcción.

Si una minera daña el ambiente en Perú puede recibir una multa máxima equivalente a 600 unidades impositivas tributarias (con un valor unitario de unos 1.166 dólares) mientras el castigo para las petroleras puede llegar a las 10.000 unidades.

En la mexicana Tlalpujahua, la cuestión hoy es recordar.

"México tiene mucha riqueza mineral, pero no tiene un gramo de memoria", dijo a IPS Gustavo Bernal, director del Museo Tecnológico Minero del Siglo XIX, desarrollado en la antigua mina de Dos Estrellas.

"Con el museo queremos rescatar la cultura minera y mostrar el saqueo del que hemos sido víctimas desde hace décadas", dijo Bernal, cuyo abuelo, Arturo, fue jefe de talleres eléctricos en la mina y oriundo de Tlalpujahua, que significa "lugar de tierras esponjadas" en la antigua lengua náhuatl.

* Con aportes de Milagros Salazar (Lima). (FIN/2009)