martes, 27 de octubre de 2009

Minería a Cielo Abierto, no existe otra actividad industrial tan agresiva ambiental, social y culturalmente



La minería a cielo abierto es una actividad industrial de alto impacto ambiental, social y cultural. Es también una actividad industrial insostenible por definición, en la medida en que la explotación del recurso supone su agotamiento.

Las innovaciones técnicas que ha experimentado la minería a partir de la segunda mitad del presente siglo han modificado radicalmente la actividad, de modo que se ha pasado del aprovechamiento de vetas subterráneas de gran calidad a la explotación -en minas a cielo
abierto- de minerales de menor calidad diseminados en grandes yacimientos.

La minería a cielo abierto remueve la capa superficial o sobrecarga de la tierra para hacer accesibles los extensos yacimientos de mineral de baja calidad. Los modernos equipos de excavación, las cintas transportadoras, la gran maquinaria, el uso de nuevos insumos y las tuberías de distribución permiten hoy remover montañas enteras en cuestión de horas, haciendo rentable la extracción de menos de un gramo de oro por tonelada de material removido.

Existe consenso en la literatura sobre el tema en el sentido de que ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a cielo abierto (MCA).

La minería a cielo abierto utiliza, de manera intensiva, grandes cantidades de cianuro, una sustancia muy tóxica, que permite recuperar el oro del resto del material removido. Para desarrollar todo este proceso, se requiere que el yacimiento abarque grandes extensiones y que se encuentre cerca de la superficie. Como parte del proceso, se cavan cráteres gigantescos, que pueden llegar a tener más de 150 hectáreas de extensión y más de 500 metros de profundidad.

Vaughan (1989) considera que “en términos ambientales y sociales, ninguna actividad industrial es más devastadora que la minería superficial” (a cielo abierto).

Según Kussmaul (1989), el impacto ambiental provocado por cualquier actividad minera está relacionado con cuatro factores principales:
Tamaño de la explotación, que se refiere al volumen de producción de la explotación, el cual tiene como consecuencia una determinada dimensión de actividades y producción de desechos y aguas residuales.
Localización, que se refiere al sitio en el que se lleva a cabo la explotación, las poblaciones que puedan aledañas y la naturaleza de la topografía local.
Métodos de explotación, que dependen del tipo de yacimientos a explotar y que están directamente relacionados con la naturaleza y extensión del impacto. Se utilizan tres métodos principales:
a. Minería a cielo abierto (o minería superficial),
b. Minería subterránea,
c. Minería por lavado y dragado.
Características de los minerales y de su beneficio, que se refiere al hecho de que la naturaleza del mineral determina el tratamiento a sufrir. Los minerales se pueden dividir en:
a. Minerales no metálicos (como los materiales de construcción), que requieren poco
tratamiento físico, como por ejemplo trituración y molienda, y que no requieren ningún
tratamiento químico.
b. Minerales metálicos, que requieren generalmente un alto nivel de procesamiento, así
como el empleo de muchos reactivos químicos, y que generan grandes cantidades de desechos finos.

Impactos Ambientales de la Minería a Cielo Abierto

Las actividades mineras comprenden diversas etapas, cada una de las cuales conlleva
impactos ambientales particulares. En un sentido amplio, estas etapas serían las siguientes:
prospección y exploración de yacimientos,
desarrollo y preparación de las minas,
explotación de las minas,
tratamiento de los minerales obtenidos en instalaciones respectivas con el objetivo de obtener productos comerciables.

Salinas (1993) cita las siguientes actividades individuales como posibles causas de impacto
ambiental durante la fase de EXPLORACIÓN:
preparación de los caminos de acceso,
mapeos topográficos y geológicos,
montaje de campamentos e instalaciones auxiliares,
trabajos geofísicos,
investigaciones hidrogeológicas,
aperturas de zanjas y pozos de reconocimiento,
tomas de muestras.

Durante la fase de EXPLOTACIÓN, los impactos que se producen están en función del método utilizado. Según diversos autores (Vaughan (op. cit.), Salinas (op. cit.), Elizondo (1994)), los principales impactos ambientales causados por la minería a cielo abierto (MCA) en su fase de explotación son los siguientes:
Afectación de la superficie: la MCA devasta la superficie, modifica severamente la morfología del terreno, apila y deja al descubierto grandes cantidades de material estéril, produce la destrucción de áreas cultivadas y de otros patrimonios superficiales, puede alterar cursos de aguas y formar grandes lagunas para el material descartado.
Afectación del entorno en general: la MCA transforma radicalmente el entorno, pierde su posible atracción escénica y se ve afectado por el ruido producido en las distintas operaciones, como por ejemplo en la trituración y en la molienda, en la generación de energía, en el transporte y en la carga y descarga de minerales y de material estéril sobrante de la mina y del ingenio.
Contaminación del aire: el aire puede contaminarse con impurezas sólidas, por ejemplo polvo y combustibles tóxicos o inertes, capaces de penetrar hasta los pulmones, provenientes de diversas fases del proceso. También puede contaminarse el aire con vapores o gases de cianuros, mercurio, dióxido de azufre contenidos en gases residuales, procesos de combustión incompleta o emanaciones de charcos o lagunas de aguas no circulantes con materia orgánica en descomposición.
Afectación de las aguas superficiales: los residuos sólidos finos provenientes del área de explotación pueden dar lugar a una elevación de la capa de sedimentos en los ríos de la zona. Diques y lagunas de oxidación mal construidas o mal mantenidos, o inadecuado manejo, almacenamiento o transporte de insumos (como combustibles, lubricantes, reactivos químicos y residuos líquidos) pueden conducir a la contaminación de las aguas superficiales.
Afectación de las aguas subterráneas o freáticas: aguas contaminadas con aceite usado, con reactivos, con sales minerales provenientes de las pilas o botaderos de productos sólidos residuales de los procesos de tratamiento, así como aguas de lluvia contaminadas con contenidos de dichos botaderos, o aguas provenientes de pilas o diques de colas, o aguas de proceso contaminadas, pueden llegar a las aguas subterráneas. Además, puede haber un descenso en los niveles de estas aguas subterráneas cuando son fuente de abastecimiento de agua fresca para operaciones de tratamiento de minerales.
Afectación de los suelos: la MCA implica la eliminación del suelo en el área de explotación, y produce un resecamiento del suelo en la zona circundante, así como una disminución del rendimiento agrícola y agropecuario. También suele provocar hundimientos y la formación de pantanos en caso de que el nivel de las aguas subterráneas vuelva a subir. Además, provoca la inhabilitación de suelos por apilamiento de material sobrante.
Impacto sobre la flora: la MCA implica la eliminación de la vegetación en el área de las operaciones mineras, así como una destrucción parcial o una modificación de la flora en el área circunvecina, debido a la alteración del nivel freático. También puede provocar una presión sobre los bosques existentes en el área, que pueden verse destruidos por el proceso de explotación o por la expectativa de que éste tenga lugar.
Impacto sobre la fauna: la fauna se ve perturbada y/o ahuyentada por el ruido y la contaminación del aire y del agua, la elevación del nivel de sedimentos en los ríos. Además, la erosión de los amontonamientos de residuos estériles puede afectar particularmente la vida acuática. Puede darse también envenenamiento por reactivos residuales contenidos en aguas provenientes de la zona de explotación.
Impacto sobre las poblaciones: la MCA puede provocar conflictos por derechos de utilización de la tierra, dar lugar al surgimiento descontrolado de asentamientos humanos ocasionando una problemática social y destruir áreas de potencial turístico. Puede provocar una disminución en el rendimiento de las labores de pescadores y agricultores debido a envenenamiento y cambios en el curso de los ríos debido a la elevación de nivel por sedimentación. Por otra parte, la MCA puede provocar un impacto económico negativo por el desplazamiento de otras actividades económicas locales actuales y/o futuras.
Cambios en el microclima: la MCA puede causar cambios en el microclima y puede provocar una multiplicación de agentes patógenos en charcos y áreas cubiertas por aguas estancadas.
Impacto escénico posterior a la explotación: la MCA deja profundos cráteres en el paisaje. Su eliminación puede conllevar costos tan elevados que puedan impedir la explotación misma.

Minería de Oro a Cielo Abierto por Lixiviación de Cianuro

El creciente interés por la explotación de oro de parte de muy diversas compañías mineras se origina tanto en los aumentos en los precios del oro, que brindan un alto margen de utilidad, como en la reciente creación de métodos rentables en función de los costos de producción, para la extracción de oro en yacimientos sumamente pobres, gracias a la tecnología de extracción de oro por lixiviación con cianuro.

Según la DuPont Corporation (citado por Alberswerth), es económicamente viable extraer
minerales con solamente 0.01 onzas de oro por cada tonelada de mineral. Esta tecnología ha venido a substituir a la recuperación de oro por amalgamación con mercurio, proceso ineficiente en términos de recuperación, ya que permite solo un 60% de recuperación del mineral, en comparación con más de un 97% en caso de extracción con cianuro. (La amalgamación es el proceso mediante el cual el mineral se une con la sustancia utilizada, en este caso mercurio, para efectos de separarlo del resto del material.)

Según el Instituto del Oro (Gold Institute, citado por Young, 1993), la producción de oro por el proceso de extracción por lixiviación con cianuro aumentó de 468,284 onzas en 1979 a 9,4 millones de onzas en 1991. Para alcanzar el nivel de producción de 1991, se trataron más de 683 millones de toneladas de mineral con cianuro.

Impactos ambientales en la extracción por Lixiviación con Cianuro

Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción con cianuro llevan implícitos altos impactos ambientales, que en muchos casos pueden ser catalogados de desastre ambiental.

Acerca de la documentación relativa al tema

El considerable y muchas veces hasta dramático impacto ambiental y social de este tipo de minería está ampliamente documentado. Entre otros, se recomienda consultar a los siguientes autores: Alberswerth et al (op.cit.); AMIGRANSA (op.cit.); Bliss & Olson (op.cit.); Bravo (1994); Danuron Dickson (op.cit.); Emberson-Bain (op.cit.); Hartley (1995); Hocker (1989); Knudson (1990); Mineral Policy Center (1988); Mineral Policy Institute (op.cit.); Moody (op.cit.); Panos Institute (1996), Reece (1995); Sartorio de Ponte (op.cit.); U.S. Department of Labor (1981,), Young (1993).

Uso de cianuro en la minería que utiliza la extracción por lixiviación

Dada la alta toxicidad y reactividad natural del cianuro, la contención de esta sustancia es una de las preocupaciones primordiales de las minas en las que se utiliza la extracción por
lixiviación. Se han documentado los efectos perjudiciales del cianuro en los peces, la vida silvestre y los humanos.

Toxicidad del cianuro: para las plantas y los animales, el cianuro es extremadamente tóxico. Derrames de cianuro pueden matar la vegetación e impactar la fotosíntesis y las capacidades reproductivas de las plantas. En cuanto a los animales, el cianuro puede ser absorbido a través de la piel, ingerido o aspirado. Concentraciones en el aire de 200 partes por millón (ppm) de cianuro de hidrógeno son letales para los animales, mientras que concentraciones tan bajas como 0.1 miligramos por litro (mg/l) son letales para especies acuáticas sensibles. Concentraciones subletales también afectan los sistemas reproductivos, tanto de los animales como de las plantas.

Las dosis letales para humanos son, en caso de que sean ingeridas, de 1 a 3 mg/kg del peso corporal, en caso de ser asimilados, de 100-300 mg/kg, y de 100-300 ppm si son aspirados.
Esto significa que una porción de cianuro más pequeña que un grano de arroz sería suficiente para matar a un adulto. La exposición a largo plazo a una dosis subletal podría ocasionar dolores de cabeza, pérdida del apetito, debilidad, náuseas, vértigo e irritación de los ojos y del sistema respiratorio. Hay que tener mucho cuidado al manejar el cianuro, para efectos de prevenir el contacto dañino de parte de los trabajadores. Sin embargo, según la industria, no hay ningún caso de fatalidades humanas en las minas que usan las técnicas de lixiviación con cianuro.

Ante este hecho, utilizado frecuentemente como un argumento por las compañías mineras,
Philip Hocker (op.cit.) señala: “limitar nuestra preocupación por el cianuro al hecho de que no hayan sido reportadas muertes humanas es caer en lo que los bioquímicos llaman en la teoría de toxicología “los muertos en las calles”: la actitud según la cual, si no se ven cadáveres, todo está en orden. A pesar de la ausencia de cadáveres humanos, hay evidencia de que no todo está en orden”.

Los trabajadores mineros suelen tener contacto con el cianuro, sobre todo durante la
preparación de la solución de cianuro y la recuperación del oro de la solución. Para los
trabajadores mineros, los riesgos son el polvo de cianuro, los vapores de cianuro (HCN) en el aire provenientes de la solución de cianuro y el contacto de la solución de cianuro con la piel.

El impacto sobre la vida silvestre y las aguas

Aunque son rentables para las compañías mineras, las minas que utilizan la extracción por
lixiviación con cianuro son bombas de tiempo para el medio ambiente, tal y como lo indica el amplio estudio de la National Wildlife Federation de los Estados Unidos (Alberswerth et al,
1992), del cual citamos a continuación las principales preocupaciones:
A la vez que se extraen millones de toneladas de mineral de minas a cielo abierto y se les trata con millones de galones de solución de cianuro, las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro trastornan los hábitats de la vida silvestre y las cuencas hidrográficas, y pueden redundar en una multitud de riesgos para la salud y el ambiente. Estos impactos pueden manifestarse durante varias fases de la operación.Los estanques de cianuro seducen a la vida silvestre. Ha sido registrada frecuentemente la muerte de animales silvestres, en especial aves, atraídos por el señuelo de los espejos de agua de esos estanques. La extensión generalizada de la mortalidad de animales silvestres en las instalaciones que utilizan dicho proceso ha provocado la preocupación del Servicio de Vida Silvestre y Pesquerías de los Estados Unidos, a pesar de que existen técnicas para evitar la muerte de animales silvestres, por ejemplo cercas y redes que cubren las plataformas de lixiviación y los embalses de almacenamiento, para impedir que las aves y los mamíferos entren en contacto con la solución venenosa.
Después de la lixiviación, el cúmulo de mineral ya procesado contiene todavía vestigios de la altamente tóxica solución de cianuro, así como de metales pesados concentrados que han sido precipitados del mineral. Muchas operaciones optan por tratar los desechos contaminados con cianuro enjuagando con agua fresca el cúmulo hasta que la concentración de cianuro baje a un nivel inferior al máximo permitido (este nivel varía entre los estados y países). Una vez que la concentración de cianuro baja al nivel permitido, normalmente se deja en el lugar el material ya procesado, se compacta y puede que se haga o no se haga el esfuerzo de reconstruir ecológicamente el sitio.
Si no se enjuaga totalmente el mineral usado y la roca de desecho, o si se le deja sin tratar, el cianuro puede seguir filtrándose al medio ambiente. Tanto el cianuro como los metales pesados liberados por él (entre ellos se encuentran arsénico, antimonio, cadmio, cromo, plomo, níquel, selenio, talio) y otras sustancias tóxicas que se encuentran en el cúmulo y los lixiviados (por ejemplo sulfuros), son una amenaza para las quebradas, ríos o lagos, para las fuentes subterráneas de agua y para los peces, la vida silvestre y a las plantas (citado también por Hartley, 1995).

Otros autores llaman la atención sobre lo siguiente:
Las soluciones de cianuro utilizadas en la minería pueden filtrarse a las aguas subterráneas (freáticas) (Engelhardt, 1989, citado por Hocker, 1989; Hilliard, 1994).
Los problemas a largo plazo derivados de la lixiviación de metales pesados de los cúmulos de desechos de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro probablemente exceden el impacto directo del cianuro en sí (Hocker, 1989).

Aún en los Estados Unidos, las actuales regulaciones federales y estatales no abordan de
manera adecuada los impactos de la minería que utiliza la extracción por lixiviación con cianuro.

A pesar del gran aumento en el número de actividades mineras de extracción de oro y de los impactos conocidos de estas actividades, los organismos reguladores a nivel federal y estatal no se han apresurado a abordar estos problemas.

Sobre los escapes de cianuro al medio ambiente

El cianuro utilizado en el proceso de extracción por lixiviación puede ocasionar -y ocasiona-
daños ambientales. Las dos clases más comunes de escapes de cianuro al medio ambiente en operaciones de extracción por lixiviación resultan de:
Forros (geomembranas colocados debajo de los cúmulos y los estanques) que permiten filtraciones debido a un diseño inadecuado, a defectos de manufactura, a inadecuada instalación y/o a daños (agujeros) producidos durante el proceso de operación. En su excelente reseña sobre los forros (geomembranas) utilizadas por la minería de oro, Reece (op.cit.) afirma: “Todos los forros tienen escapes. Esa es la cosa más importante a comprender acerca de las geomembranas usadas en la minería que utiliza la extracción por lixiviación con cianuro. La única diferencia entre ellas es que algunas han tenido filtraciones y otras las tendrán”.
Soluciones que se desbordan de los embalses de almacenamiento. Estos escapes causan daños a las plantas y a los animales que tienen contacto con concentraciones letales de la solución de cianuro, y representan una amenaza a largo plazo para las aguas subterráneas (freáticas).

Generalmente, los embalses de almacenamiento son diseñados para resistir grandes tormentas y crecidas. Sin embargo, no siempre impiden los desbordamientos. Los metales pesados y el agua contaminada con cianuro que escapan de un embalse de almacenamiento ocasionan mayores daños cuando fluyen directamente a cursos naturales de agua. La solución que escapa puede ser suficiente para matar peces y otras formas de vida acuática, o para contaminar recursos de agua potable.

Sitios de Consulta sobre Minería a Cielo Abierto

Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina: www.conflictosmineros.net
No a la Mina: www.noalamina.org

lunes, 26 de octubre de 2009

Conquista y destrucción de las Indias (1492-1573)

martes, 13 de octubre de 2009

Chos Malal prohibió la minería a cielo abierto

Argentina - Neuquén
Viernes 09 de Octubre de 2009 13:44

Chos MalalAsí lo resolvió por unanimidad su Concejo Deliberante. "La minería es una actividad extractiva que no deja nada. Hay que pensar en otras alternativas", expresó el intendente de esa localidad Carlos Lator.

Fuente: LU17
07/10/09. El Concejo Deliberante de esta localidad declaró a esta ciudad como Municipio "no tóxico y ambientalmente sustentable». A través de la Ordenanza Nº 2390/09, prohibió la minería a cielo abierto y que utilice «sustancias químicas que pongan en riesgo la salud de la población y vulnere los recursos naturales".

Así lo informó el intendente de esta localidad, Carlos Lator, quien además se mostró favorable con la determinación unánime que tomó el cuerpo legislativo. "La minería es una actividad meramente extractiva que no deja nada. Hay que pensar en otras alternativas para desarrollar el Norte neuquino", expresó.

En la zona no habría antecedentes. Existen sí emprendimientos mineros como aquel que lleva a cabo la firma Andacollo Gold S.A. y, a la vez, se advierte la intención latente de que en la región se radiquen otros proyectos.

"Por eso queremos adelantarnos a esta situación", señaló Lator, aunque aclaró que no se opone a la actividad minera por sí misma, sino a cualquier emprendimiento que implique contaminación. Además, indicó que la ordenanza aprobada guarda coherencia con otras acciones emprendidas por la comuna.

Recordó que la Municipalidad fue declarada libre de humo y que hace más de un año integra la Red Argentina de Municipios Sustentables. "Para ingresar presentamos un proyecto vinculado a capacitaciones y talleres barriales a fin de disminuir el índice de accidentes de tránsito que se registra", comentó.

Este proyecto, según apuntó, fue aprobado y se está ejecutando. Ahora, la idea es avanzar con otros proyectos vinculados al medio ambiente y la salud, que mejoren la calidad de vida de los habitantes. "La ordenanza aprobada sigue este camino", añadió.

Para Lator, además, es necesario poner en valor las potencialidades turísticas que existen en el lugar. "Por aquí pasa el desarrollo", afirmó. Y lejos de pensar que la actividad minera puede desarrollar exponencialmente la región, sostuvo que esta colisiona con los recursos turísticos que se encuentran.


ORDENANZA Nº 2390 /09.-
CHOS MALAL, 29 de septiembre de 2.009.-


VISTO:

La posibilidad de que la Provincia licite la exploración con opción a explotación de cinco áreas mineras de la zona norte y centro de la Provincia del Neuquén en: Piuquenes, El Infiernillo, Arroyo Pincheira; Cancha Huinganco y Pino Hachado; y

CONSIDERANDO:

Que toda persona tiene derecho a gozar de un medio ambiente sano y equilibrado y tiene el deber de preservarlo;

Que el desarrollo sustentable o sostenido constitucionalmente reconocido, surge como principio que se propone satisfacer las necesidades de desarrollo de las generaciones presentes pero sin comprometer a las futuras;

Que este concepto se ha introducido para detener los riesgos ambientales de un consumo desmedido de los recursos naturales por las generaciones actuales en perjuicio de las venideras;

Que la conservación del patrimonio natural y la diversidad biológica es una responsabilidad de todos los habitantes que viven en el lugar;

Que se debe de inmediato tomar decisiones precautorias para proteger a la comunidad de los problemas que podría causar la contaminación de las aguas y los suelos, generadas en actividades extractivas mineras metalíferas con lixiviación de químicos peligrosos para el ambiente, sean éstas a cielo abierto o no;

Que nuestro Municipio debe regular el uso del ambiente y los recursos naturales, para la protección de los derechos relativos al ambiente y ejecutar la política ambiental municipal, articulando con otros municipios, con condiciones ambientales idénticas o similares o complementarias;

Que los principales efectos ambientales de la actividad minera son, entre muchos otros: daños estéticos al paisaje, inutilización de los sitios intervenidos, contaminación de aguas por lixiviado de metales, contaminación de trabajadores de los yacimientos, generación de gran cantidad de emisiones de partículas que afectan tanto la salud de los trabajadores como de los habitantes de pueblos vecinos y la biodiversidad de zonas aledañas;

Que, la explotación y tratamiento de metales y en especial el lixiviado resultante de este proceso es potencialmente tóxico, dada la naturaleza de la mayoría de las sustancias usadas tales como el cianuro, arsénico, mercurio, ácido sulfúrico;

Que Chos Malal se define como una ciudad que tiene como principal recurso el atractivo de sus bellezas naturales y donde sus habitantes le imprimen un perfil claramente ecológico, encausado conforme los criterios de desarrollo sustentable y turístico, el que se encuentra en franca contradicción con la actividad minera;

Que es función indelegable del Municipio de Chos Malal impulsar políticas orientadas a la prevención de la contaminación y a la protección de la salud y el medio ambiente, en un todo de acuerdo con nuestra Carta Orgánica Municipal;

Que la posibilidad de instalación de empresas mineras en la zona norte para la exploración y explotación metalífera implicaría el uso continuo de agua de los ríos colindantes, lo que provocaría un inminente riesgo de contaminación de los ríos Curi Leuvú y Neuquén;

Que, como antecedente inmediato en la zona tenemos lo ocurrido en la minera ubicada entre Andacollo y Huinganco donde han existido derrames de hidrocarburos documentados y corroborados por la autoridad de aplicación provincial que han contaminado al Arroyo Huaraco afluente inmediato del Río Neuquén;

Que, en igual sentido, el jefe de Zona Sanitaria III confirmó públicamente que se detectaron dos casos de empleados mineros con saturnismo, efectivamente comprobados;

Que, en virtud de nuestra Ley Provincial Nº 1875 de preservación, conservación y defensa del ambiente, se dispone en su artículo primero: "a presente ley tiene por objeto establecer dentro de la política de desarrollo integral de la Provincia, los principios rectores para la preservación, conservación, defensa y mejoramiento del ambiente en todo el territorio de la provincia de Neuquén, para lograr y mantener una óptima calidad de vida de sus habitantes" y en su artículo segundo: "Declárese de utilidad pública provincial, la preservación, conservación, defensa y mejoramiento del ambiente";

Que, además la Ley 25.675 general del ambiente en su artículo 10º determina: "El proceso de ordenamiento ambiental teniendo en cuenta los aspectos políticos, físicos, sociales, tecnológicos, culturales, económicos, jurídicos y ecológicos de la realidad local, regional y nacional, deberá asegurar el uso adecuado de los recursos ambientales, posibilitar la máxima producción y utilización de los diferentes ecosistemas, garantizar la mínima degradación y desaprovechamiento y promover la participación social en las decisiones fundamentales del desarrollo sustentable";

Que, el artículo 41º de nuestra Constitución Nacional dispone que: "Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.", ello implica que, si bien existen pautas o presupuestos mínimos que deben respetarse en todo el país, ya que el hombre es igual en todas partes y merece la misma protección, cualquiera sea su ubicación geográfica, cada provincia o municipio tiene facultades para establecer pautas o presupuestos diferenciales y mas severos en atención a los intereses y circunstancias locales;

Por ello:

EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE
DE LA CIUDAD DE CHOS MALAL
SANCIONA CON FUERZA DE
O R D E N A N Z A

Artículo 1º: Declárase a la ciudad de Chos Malal, como "MUNICIPIO NO TOXICO Y AMBIENTALMENTE SUSTENTABLE".-

Artículo 2º: Prohíbase en la ciudad de Chos Malal el empleo de tecnología, técnicas mineras o cualquier método de lixiviación o flotación con cianuro y/u otras sustancias químicas o cualquiera otras técnicas mineras que liberen en el ambiente y dejen disponibles en el mismo, sustancias de cualquier índole que por si mismas o en combinación con otras, pudieran resultar tóxicas y/o nocivas a la salud humana, al conjunto de los recursos naturales, agua, suelo, flora, fauna, paisajes, fuentes de energía convencional y no convencional, y atmósfera en función de los valores del ambiente.-

Articulo 3°: Invítase a los Municipios y Comisiones de Fomento de la Zona Norte a expresar su adhesión a la presente norma y realizar normas similares en protección a las personas y al medio ambiente de nuestra Provincia.-

Articulo 4°: Elévase copia de la presente al Poder Ejecutivo Provincial y a la Honorable Legislatura del Neuquén.-

Artículo 5º: Comuníquese al Departamento Ejecutivo Municipal.-

Dado en el Salón de SEJUN - AMEJUN ubicado en el Barrio Las Flores de la ciudad de Chos Malal, en Sesión Ordinaria a los Veintinueve (29) días del mes de Septiembre del año Dos Mil Nueve, por unanimidad de votos de los Concejales presentes, según consta en Acta número 1356, del libro respectivo de este Cuerpo.-


Es copia del original que obra en
los archivos de este Concejo
FDO. REBOLLEDO
BARRA

jueves, 8 de octubre de 2009

En otro aniversario del "descubrimiento" de América





La tarea de Las Casas tiene un impacto a través del tiempo y el espacio, que se recupera por medio de la obra de Leopoldo Zea, Paulo Freire y Gustavo Gutiérrez, quienes forman la piedra angular del pensamiento de liberación.

El pensamiento de la liberación contextualiza la lucha física e intelectual de Las Casas y continúa creando una conciencia americana que permita erradicar del continente las condiciones de pobreza que han permanecido intactas desde la época colonial hasta nuestros días.

Como se verá, estas estructuras opresivas han mantenido a las mayorías, indígenas principalmente, en la pobreza sin una participación incluyente en la economía, sociedad y política de sus países. El trabajo de Las Casas fluye y actúa a través del tiempo dejando su marca en el pensamiento de la liberación hasta insertarse en la tarea cotidiana de los curas de la liberación que trabajan en beneficio de lo pobres de Latinoamérica.

A partir del siglo XVI, fecha en que se dio el encuentro entre los dos mundos, las antiguas civilizaciones precolombinas vieron afectadas sus relaciones sociales, de vida y de trabajo.

Los indios fueron tratados como objetos, como animales, como una masa colectiva, y no como seres individuales; es decir, menciona Leopoldo Zea, en ese momento, los indígenas fueron quienes tenían que probar su humanidad ante el otro; tenían que mostrar que si no eran cristianos, como su contraparte española, al menos “estaban bien dispuestos a adoptar la doctrina que hace del hombre un Hombre... “ . José Ortega apoya lo anterior al señalar que, efectivamente, en el “violento y traumatizante encuentro entre estas dos civilizaciones, la dominada (el indio) sufrió una serie de radicales transformaciones que han ido minando y destruyendo su identidad como pueblo”.

Y en verdad, las relaciones de trabajo y sociales que se dieron entre los nativos colonizados y los españoles colonizadores fueron unas de amo-siervo, que llegaron al punto en que los indios vivían en condiciones deplorables a través de las encomiendas; vivían en forma infrahumana, encasillados, maltratados y muchas de las veces asesinados bajo el pretexto de no trabajar. Sobre este mecanismo de trabajo José Ortega menciona que, la encomienda, la vieja institución medieval en la que un hombre libre y sin recursos servía a un señor o encomendero a cambio de protección era el caballo de batalla.

Bajo esta, se justificaba la agresión contra el pueblo débil. El tipo de encomienda autorizado en 1503 exigía que los indios trabajaran voluntariamente recibieron jornal y protección de la iglesia y el juez. En la práctica, esta medida fue inaplicable, porque la mano de obra barata del indio era necesaria para el desarrollo económico.

Las condiciones de vida infrahumanas y los asesinatos constantes en masa de que eran objeto los indios, provocaron la reacción del padre Las Casas, quien adelantándose a su tiempo, expresa ideas y practicas que durante el siglo XX, en las décadas de los sesentas y setentas, vienen a identificarse como parte de la teología de la liberación.

En el grito de protesta de los grandes de este pensamiento, Leopoldo Zea, Gustavo Gutiérrez y Paulo Freire, encontramos vestigios en Bartolomé de Las Casas. Las mismas injusticias que puso de manifiesto el padre Las Casas en el siglo XVI se siguen denunciando hoy día en el mismo continente.

A través de la historia, el padre de Las Casas y los teóricos de la Teología de la Liberación entran en un diálogo distante, problematizan, denuncian y subvierten, de acuerdo a sus respectivas épocas, las condiciones históricas materiales que reprimen al hombre; es decir, la falta de libertad.

Las constantes expediciones españolas hacia los nuevos dominios americanos hicieron que, desde temprana edad, Bartolomé de Las Casas entrara en contacto con tierras allende de las españolas pues su padre, Pedro de Las Casas, regresó de América con un indio taino como regalo para su hijo.

Sin embargo, el niño indígena le fue confiscado a Bartolomé pues la Reina Católica se resistía a la esclavitud de los indios. La necesidad económica, sin embargo, hizo que tanto Pedro como Bartolomé se enlistaran en una marcha hacia el continente americano en busca de fortuna. Bartolomé ya tenía suficiente edad y “capacitado para optar una plaza de doctrinero de indios, no mal pagada”.

Ya en 1509, en La Española, Bartolomé de Las Casas entabló una estrecha amistad con el Almirante Diego Colón quien, más tarde, le daría al primero “una heredad, con repartimiento de indios, en la villa Concepción, y fue testigo presencial de su ordenación sacerdotal en 1512” (Varela, 12).

A pesar de haberse hecho sacerdote, Las Casas no renunció a sus esclavos y mantuvo su papel de hidalgo sacerdote. En 1513 Las Casas formó parte de la conquista de Cuba y, esta vez, el oficiante fue premiado por el gobernador Diego Velásquez con una encomienda que le dio a ganar bastante dinero.

Si en 1511 Las Casas ya había escuchado al padre dominico Moisés de Montesinos protestar en contra del trato inhumano que recibían los indios colonizados, no fue sino hasta tres años después en que el primero tomó verdadera conciencia de su papel como sacerdote rico y dueño de indígenas esclavos. Al escuchar la predicación de tres frailes dominicos procedentes de La Española a Cuba, y al estar preparando un sermón para una homilía, Las Casas leyó parte del texto del Eclesiástico (34,18) que menciona: “aquél que hace sacrificio de una cosa torcidamente adquirida, hace ofrecimiento ridículo y las ofrendas de los injustos no serán aceptadas” (Varela, 14). Es a partir de este momento que la vida de Las Casas da un giro enfático y empieza a dedicar su vida a la defensa de los indios colonizados y oprimidos a través de una subversión de las normas establecidas.

Siglos más tarde, durante las décadas de los años sesentas y setentas, en el siglo XX, la Teología de la Liberación se origina como una respuesta a las condiciones económicas y sociales en que se hallan millones de pobres latinoamericanos y que han prevalecido desde tiempos coloniales.

El desarrollo del pensamiento de la liberación tiene, entre sus vehementes exponentes, al mexicano Leopoldo Zea, al brasileño Paulo Freire y al peruano Gustavo Gutiérrez. Estos tres forman la piedra angular del pensamiento de la Teología de la Liberación que encuentra eco en América Latina como conducto para mejorar las condiciones de vida de los pobres del continente.

Leopoldo Zea, a través de su libro La filosofía americana como filosofía sin más (1969), se refiere a la toma de conciencia del hombre americano y su propia filosofía fraguada dentro de un subcontinente con estructuras propias.

Al llevar a cabo su análisis del encuentro de los dos mundos, en el cual el euro centrismo occidental se enfrenta con el hombre americano, Zea acusa que, en ese momento, los indígenas fueron quienes tuvieron que justificar su humanidad ante el ajeno. Es decir, de acuerdo a la mentalidad española de la época, “para ser hombre, habrá que encajar en determinado arquetipo. Ser como el cristiano, el europeo o el occidental”.

De esta forma, sabemos que por no caber dentro del arquetipo español /cristiano/ occidental, es que el hombre indígena americano es marginado y considerado nada más que “un objeto de uso... de explotación, una parte de la flora y la fauna de América”, acusa Zea.

Al considerarlo diferente y animalizarlo, el hombre europeo crea en el hombre iberoamericano un sentimiento de inferioridad; pero para Zea, este último no es ni superior ni mucho menos inferior al primero sino que ser diferentes es, precisamente, lo que los iguala. Bajo esta colonización física y mental, señala Gómez-Martínez, la “perspectiva europea había mantenido ante lo iberoamericano una actitud de menosprecio, que le impedía tomar conciencia de su propia realidad. Se vivía [...] una situación de pueblos coloniales” .

Paulo Freire es base fundamental del pensamiento de la teología de la liberación por su desarrollo pedagógico que libera al individuo. Freire, con sus libros La educación como práctica de la libertad (1969) y Pedagogía del oprimido (1970), crea un corpus trascendental para lograr un cambio radical del sistema educativo.

Parte importante del pensamiento de Freire, como para Zea, radica en su perspectiva y los resultados arrojados por la historia y la conquista sobre tierras americanas. Freire señala que “nuestra colonización fue sobre todo una empresa comercial. Nuestros colonizadores no tuvieron... intención de crear en la nueva tierra recién descubierta una civilización” (1969, 61), razón por la cual no se sentaron las bases para una educación y pensamiento latinoamericanos propios.

Es decir, podemos asegurar que la falta de interés por crear una sociedad nueva, donde coexistiera una hermandad entre los recién llegados y los indígenas nativos, no permitió que se crearan los cimientos para un desarrollo filosófico americano apoyado en sus propias estructuras.

Freire señala que, en efecto, a los conquistadores “les faltó integración en la colonia, con la nueva tierra. Su intención era realmente la de explotarla, la de permanecer en ella, no la de permanecer en ella y con ella, integrados”.

Para Freire, es necesario asumir la historia y sus resultados para conocer la realidad iberoamericana y así brindar cambios que lleven a un acercamiento humano de la educación. Paulo Freire hace una manifestación tajante de las ideas de una pedagogía del oprimido en vez de para el oprimido. Para Freire, se tiene que observar la realidad y a partir de esta observación tiene que nacer, como para Zea, un “hombre nuevo”, un hombre que medita, asume y toma conciencia de su situación de oprimido además de comprometerse y realizar una verdadera solidaridad por la liberación de los hombres. Freire señala que el hombre que nace de esta liberación “es un hombre nuevo, hombre que sólo es viable en y por la superación de la contradicción opresores-oprimidos que, en última instancia, es la liberación de todos”.

Gustavo Gutiérrez es, junto a Zea y Freire, uno de los que más se distingue de entre los pensadores de la liberación. En su libro, Teología de la liberación (1971), el autor enfatiza que la iglesia católica debe actuar en favor de los pobres-oprimidos y debe asumir un papel a favor de los últimos a través de una teología que luche por un paraíso tanto terrenal como espiritual.

Exige la necesidad de eliminar la ignorancia que sufre América Latina y que ha permitido los abusos de la iglesia euro céntrica a partir de su llegada al subcontinente. Gutiérrez pide que la iglesia observe la realidad latinoamericana y, a partir de esto, se lleve a cabo “una teología que no se limite a pensar el mundo, sino que [luche] -en la protesta ante la dignidad humana pisoteada, en la lucha contra el despojo de la inmensa mayoría de los hombres”.

Para Gutiérrez la pobreza es un mal, “una situación de pecado” (307) que no debe idealizarse como un modo de vivir perfecto, sino que se debe protestar contra ella. Se debe conocer a Dios para, a través de Él, reconocer el derecho de los pobres, tomar conciencia de la pobreza, adquirir una opción por los pobres y ayudarlos a superarla. Como Zea y Freire, Gutiérrez también considera que es necesario asumir la historia y sus resultados para la liberación del hombre, que lo lleve “a la construcción de un hombre nuevo” , Hombre nuevo que “se vea libre de toda servidumbre, en la que sea artífice de su propio destino”.

Con este ensayo no tengo como obstinación el acercamiento al padre Las Casas y su labor como figura heroica; sino rescatar, en forma general, su pensamiento ideológico y praxis durante su defensa de los indígenas americanos. También, observar el diálogo que se establece con las mismas acciones llevadas a cabo por Las Casas, pasando por los inicios del pensamiento de la liberación y hasta llegar a nuestros días. Martin E. Marty acusa, con respecto a la obra escrita por Las Casas, que aquellos “who have tried to present the author as a simple heroic figure who would “fit” in a modern liberal culture do him, history, the truth, the imagination, and his Indians, no good” (Foreword in Poole, Stafford, xiv).

Tampoco es mi objetivo, con este estudio, instalar a Las Casas, junto con su obra y pensamiento, como imagen épica moderna. Lo que se trata rescatar, de forma esquemática, es el valor de la obra de Las Casas “como un monumento ideológico [pues] esa obra deja ver las transiciones naturales a una actuación política dilatada a lo largo de media centuria” (Pérez de Tudela, ix). Mi deseo es respaldar y contextualizar, por supuesto, cómo la obra de Las Casas problematiza, subvierte los cánones establecidos y entra en distante pero estrecho coloquio con la Teología de la Liberación.

Las ideas y acciones de Las Casas, señala acertadamente Lewis Hanke, “demonstrate once more how ideas can overlpeap centuries when they are concerned with such a fundamental matter as the nature of man” (v). Así, mi propósito final es sugerir cómo las ideas de Las Casas se inscriben a ser parte del movimiento de los iniciadores del Pensamiento de la Liberación. Como mostrare a partir de una contextualización de ideas y practicas, en forma global, el pensamiento de la liberación, a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuestiona el orden social prevaleciente, lo problematiza y lo subvierte a través de acciones e ideas puestas en practica siglos antes por el padre Las Casas. De esta forma, se inicia una lucha a favor de los pobres por medio de una iglesia católica más comprometida con los segundos; se da, entonces, un diálogo ideológico y de acción, que ha buscado, y busca todavía, una sociedad más justa para los pobres latinoamericanos. Como concepto básico de la Utopía de Tomás Moro, y su idea de que la realidad histórica puede ser transformada, es en la que descansa gran parte del pensamiento de la teología de la liberación.

Gustavo Gutiérrez señala que la realidad histórica “sirve como proyecto histórico de la sociedad cualitativamente distinta y para explicar la aspiración al establecimiento de nuevas relaciones sociales entre los hombres” (278). De estas “nuevas relaciones sociales entre los hombres” ya habla Las Casas en su Segundo remedio en Memorial de Catorce Remedios de 1516 cuando, entre otras cosas, aconseja que en cada pueblo de indios deben vivir labradores de Castilla con sus mujeres e hijos para que trabajen con los naturales del lugar y en un momento determinado se casen con ellos: “... y ellos viendo que los cristianos trabajan tendrán mejor gana de hacer lo que vieren, y asimismo se mezclaran casándose los hijos de los unos con las hijas de los otros, etc.” (Perez de Tudela, 7).

Sin duda, estas solicitudes de Las Casas resultan un tanto revolucionarias y subversivas para su tiempo si tomamos en cuenta que en la época todavía se debatía, como lo señala la discusión entre el mismo Las Casas y Sepúlveda, la cuestión de los indios como seres humanos con alma.

Estoy seguro que la idealización de sociedad que propone Las Casas, en general, es muy similar a la de los pensadores de la liberación quienes aspiran a una sociedad de relación fraternal entre los hombres en las que no exista la opresión y la explotación del hombre por el hombre.

Podemos contextualizar esta idea cuando siglos más tarde Paulo Freire señalaría que, efectivamente, “los hombres se humanizan trabajando juntos para hacer del mundo [...] la mediación de conciencias que cobran existencia común en libertad” (1970, 19). Gustavo Gutiérrez, por su parte, apoya lo anterior y señala que es a través de la relación con otros hombres donde se refleja el verdadero mensaje de Dios, pues “encontramos al Señor en nuestro encuentro con los hombres [...] los más pobres, marginados y explotados por otros hombres” (263).

No debería sorprendernos, pues, que la utopía del padre Las Casas se refiera, sin duda, a la realidad histórica en la que el ser humano tiene la esperanza de crear una sociedad nueva, basándose en el carácter deshumanizante de la conquista y con esto lograr un orden social más justo. A pesar de las adversidades, debemos señalar que las acciones de Las Casas lograron, en gran escala, llamar la atención sobre una situación de injusticia que se debía combatir en el continente americano.

Menéndez Pidal menciona a este respecto que, debido a las constantes quejas de Las Casas, el “rey nombró una comisión para la defensa de los derechos de los indios. Se propuso que los indios debían ser tratados como seres libres, ser instruidos en la fe católica, tener casa y hacienda propia, etc. “. Gracias a los consejos de Las Casas, también, se creó el cargo de protector de indios, que actuaría como abogado y procurador de estos.

El propósito del padre Las Casas por luchar para que los indios fueran libres y tuvieran casa y hacienda propia, es parte de lo que años después formaría parte esencial del pensamiento de la Teología de la Liberación; encontrar el “Reino de Dios” en la tierra antes de morir.

Lo anterior queda contextualizado con Leopoldo Zea quien es claro en este punto al señalar que, a través de esta idea se plantea la “necesidad de realizar el reino de Dios no en otro mundo, sino en éste como un reino de justicia y libertad en el que el hombre deje de ser un explotador del hombre y se hermane con él (118)”. Tradicionalmente bajo la cultura de la iglesia católica se ha insistido con frecuencia en que los pobres deben soportarlo todo aquí en la tierra porque tras la muerte el reino de los cielos será suyo.

A través de su lucha a favor de los indígenas maltratados y desposeídos, Las Casas, al igual que la Teología de la Liberación, se niega a esperar el Reino de Dios en el otro mundo y el primero acusa constantemente a los “españoles / cristianos” que en nombre de Dios asesinan a los indígenas. Antes de ganarse el cielo los indios deben disfrutar de algún bienestar ahora, en este mundo. A este respecto y sobre el papel de la Iglesia a través de la historia, que ha mantenido viva esta retórica subyugante, Jules Girardi contextualiza y acusa que, efectivamente, “ la Iglesia del silencio no es sólo la que calla porque está en conflicto con los poderosos, sino también, y sobre todo, la que calla porque es su aliada” (48).

Por su parte, Gutiérrez también apoya esta idea y señala que, en verdad, para los pueblos oprimidos de íbero América, la tradición de la iglesia católica y el Reino de Dios para después de la muerte es una idea anacrónica. Al problematizar y subvertir esta idea anacrónica, Gutiérrez ofrece que El Reino de Dios, para los pobres, se puede dar en este mundo y la iglesia debe abandonar su papel de aliada del poder económico y político pues es “a los oprimidos a los que [...] debe dirigirse, y no tanto a los opresores” (167) para terminar con “una religión alienante” (101), dentro de “una compleja dimensión pública, que ha jugado (y juega todavía) en favor del orden establecido”(269). Irónicamente, Gutiérrez dice que “’Bienaventurados los pobres porque de vosotros es el reino de Dios’, no significa necesariamente que se debe “aceptad vuestra pobreza que más tarde esa injusticia os será compensada en el cielo”.

Las Casas crea su propio centro y se sitúa él mismo en el continente americano con sus propias características históricas, sociales y culturales. De ahí que Las Casas rechace el pensamiento filosófico aristotélico, el cual justifica la esclavitud en términos de que los infieles eran esclavos por la servidumbre de su naturaleza; y que por no tener razón ni capacidad para gobernarse habían de someterse a la autoridad de aquellos que pertenecen a una civilización avanzada. Estas civilizaciones avanzadas, justifica el pensamiento aristotélico, tienen todo el derecho a someter a los bárbaros por la fuerza.

Finalmente, el pensamiento aristotélico mantiene que se es siervo por naturaleza, por haber nacido en ciertas regiones, o por tener costumbres depravadas. En este caso la “superioridad” española tenía derechos “naturales” sobre los indígenas “inferiores”.

El padre Las Casas reduce todo este concepto aristotélico de la servidumbre por naturaleza al gobierno civil, para Las Casas, esta filosofía no se puede aplicar a los indios, pues estos no son bárbaros y no se dedican a la violencia por motivos naturales. Siglos después, como parte del pensamiento de la liberación, Leopoldo Zea problematizaría esta idea y acusaría, también, a la filosofía europea occidental señalando que, “justificaba toda clase de expansiones y toda subordinación como vías para la supuesta humanización de la Humanidad [...] hombres [que] aplastaban toda expresión de humanidad que no fuese la que ellos representaban”.Sin temor a equivocarme, considero que la constante problematización y subversión de las condiciones de vida de los indígenas, por parte de Las Casas, provocan que éste se redescubra, a sí mismo, a través de lo que la Teología de la Liberación considera como el “hombre nuevo”.

Una de las virtudes del hombre nuevo es su amor por el ser humano.

Lo anterior queda claramente contextualizado bajo Gutiérrez, Freire y Zea. Gustavo Gutiérrez sostiene “que el amor a Dios se expresa ineludiblemente en el amor al prójimo” y también, que “un gesto de amor hacia ellos es un gesto hacia Dios” (263). Las acciones del padre Las Casas, sin duda, son unas de amor hacia el indígena oprimido y deshumanizado. Al respecto, Paulo Freire señala que, en verdad, “el amor es un acto de valentía [...] el amor es compromiso con los hombres [...] el acto de amor radica en comprometerse con su causa. La causa de su liberación” (1970, 102-3).

En este sentido, no reparo en aplicar este concepto de hombre nuevo a Las Casas en su toma de conciencia de la situación de opresión en que se halla el indio y la importancia de su lucha personal contra ésta.

Me parece que Las Casas nace como hombre nuevo después de un proceso interno de concienciación que lo lleva a cuestionar las causas y orígenes de la situación de opresión del indígena y su condición deshumanizada al mismo tiempo que se da cuenta de su propia realidad de opresor. Su nueva actitud le permite a Las Casas identificarse con los nativos del continente, pobres y sometidos. Las Casas inicia, entonces, una relación, como señala Gutiérrez, de “solidaridad real y profunda con aquellos que sufren una situación de miseria e injusticia [de donde] surgirá el <> de entre los escombros del <>” (269). Al respecto, Leopoldo Zea se identifica con Las Casas y su idea del “hombre con minúscula” vs. “Hombre con mayúscula” que parece aclarar la disputa que se daba a principios del siglo XVI sobre la supuesta superioridad del español sobre el indio.

Como ya mencioné, el padre Las Casas participó en la conquista de Cuba y recibió tierras e indios-esclavos como recompensa. Él mismo reconoce que explotó tanto como los demás a sus esclavos.

Pero años más tarde Fray Bartolomé se dio cuenta de que la evangelización se había convertido en no más que una excusa para aniquilar a la población indígena y hacer acopio de riqueza. En ese momento es cuando ocurre el cambio y se convierte en un conquistador justo que denuncia los atropellos cometidos contra los indios ante el Emperador. La lucha por su liberación moral y la de otros, significa para Las Casas romper con la contradicción oprimido-opresor y, como señala Paulo Freire, esta liberación “es un parto doloroso [...]que trae al mundo a este hombre nuevo; ni opresor ni oprimido, sino un hombre liberándose” meta final del hombre que ha tomado conciencia de la situación de opresión de su prójimo.

Al mismo tiempo, no se puede dejar de advertir que el padre Las Casas principia una cruzada por liberar a los indígenas del yugo de la opresión que justifica la iglesia tradicional. De este modo, Las Casas también da iniciación a un proceso donde denuncia y exige la necesidad de aliviar la situación de opresión que sufren los indígenas colonizados y que permite los abusos de la Iglesia euro céntrica.

Gustavo Gutiérrez, por su lado, contextualiza las acciones de Las Casas cuando propone que se practicara “una teología que no se limite a pensar el mundo, sino que [se abra] -en la protesta ante la dignidad humana pisoteada, en la lucha contra el despojo de la inmensa mayoría de los hombres” (41) con una iglesia que se ajuste y asuma la realidad de los pueblos iberoamericanos. Es decir, Las Casas, como hombre de iglesia, toma una posición a favor del indígena y hace lo que la Iglesia en general se había abstenido de concebir. Berryman apuntala lo anterior, siglos más tarde, bajo el pensamiento de la teología de la liberación, “faith cannot be neutral when the life and death of the people are in question. Political and ideological changes and options cannot be sidestepped [...] the church cannot observe the struggle of the people from the sidelines, but must be involved in those movements that embody their inspirations” (129-33).

El amor que mostró Las Casas por el ser humano es evidente cuando se observa su lucha a favor del indio. En cambio, algunos de sus críticos hacen mella en él al señalar su actuación como contradictoria, pues no aplica los mismos preceptos o derechos del indio al africano.

Es cierto que Las Casas se opone radicalmente a la esclavitud de los indígenas pero no a la de los negros, turcos o moros. Los críticos del padre Las Casas se empeñan en desacreditar sus acciones pues nos hacen creer que de pronto, ese amante del hombre y de la paz, aparece implicado en la trata de negros, hecho que oscurece su imagen de apóstol de los derechos humanos.

Estas acciones no deberían ser suficientes para desvalorar su compromiso con los pobres y desposeídos. Es decir, Las Casas pasa por un continuo estado de ser, de encontrarse así mismo y llega a identificar su estado de opresor, lo asume y toma conciencia de este hecho para, como señalaría Gutiérrez, concebirse él mismo “como un proceso de liberación [...] como conquista histórica” que lo lleve “a la construcción de un hombre nuevo” : Hombre nuevo que “se vea libre de toda servidumbre, en la que sea artífice de su propio destino”.

Freire, por su lado, menciona que cuando el opresor asume esta situación, empieza su verdadera solidaridad y liberación “cuando para él, los oprimidos dejan de ser una designación abstracta y devienen hombres concretos, despojados y en una situación de injusticia”.

Con respecto a lo anterior, José Ortega alude que, efectivamente, “Las Casas defendió no la esclavitud de los negros, sino el uso de los negro, ya jurídicamente esclavos, para humanizar las condiciones de los indios de la encomienda” (34). Las Casas propuso dar licencia para importar doce africanos a cada habitante español en el nuevo mundo para así liberar a los indios. Consideraba a los negros más resistentes para el trabajo y le pareció un “mal menor” esclavizar a un número más pequeño de hombres para así evitar la aniquilación total de los indígenas. Más tarde en su vida reconocerá su error por “no considerar” la injusticia con que los portugueses los tomaban y los hacían esclavos. Helps, no obstante, apunta que “este ‘por no considerar’ no significa que no fuera conciente de la injusticia” . Sin embargo, al final de su vida, el mismo Las Casas confesará que nunca “estuvo cierto de que la ignorancia que en ello tuvo lo excusaba delante del Juicio Divino” .

Como demuestra indirectamente Menéndez Pidal, el padre Las Casas condenó y luchó contra la encomienda y persistió en lograr la libertad de todos los indios; se negó a confesar a todo encomendero que previamente no hubiera puesto en libertad a sus indios. Presentó las atrocidades españolas en América ante el rey Carlos V y Felipe II en las Leyes Nuevas de 1542. Como podemos advertir, el Padre Las Casas problematizó, subvirtió y luchó, y muchos otros también lo hicieron, por erradicar la situación de opresión e injusticia de América cinco siglos antes de que lo hicieran los pensadores de la Teología de la Liberación en la misma zona geográfica. A pesar de todos estos esfuerzos por ambos lados a través del tiempo, los problemas todavía continúan sin resolverse para los pobres en Latinoamérica.

La tradición de lucha a favor de los pobres, iniciada por Las Casas durante el siglo XVI, se refleja en la contextualización teórica y praxis del gran numero de curas partidarios de la Teología de la Liberación en el siglo XX. Estos últimos luchan a favor de los descendientes de aquellos por los que batalló y defendió Las Casas.

Asimismo, los opresores de los pobres parecen seguir siendo los mismos; una minoría que mantiene a millones de campesinos oprimidos y sumidos en la pobreza y la ignorancia. Es decir, los descendientes de aquellos conquistadores y colonizadores que llegaron al Nuevo Mundo y crearon oligarquías en los diferentes virreinatos de Hispanoamérica.

Estas mismas oligarquías existen en todos los países del continente americano y continúan en su empeño por impedir que las masas campesinas obtengan cambios y mejoras en sus condiciones de vida. Me atrevo a asegurar, pues, que es indiscutible que la ignorancia y el atraso en el que viven todas las comunidades indígenas son el resultado del sistema de explotación colonial que aún persiste en muchas zonas marginadas.

El ejemplo más claro de esta situación de miseria en la que viven los indios lo muestran las regiones de El Salvador, Guatemala y México donde los indígenas han sobrevivido, a través de la historia, el maltrato y la explotación de las economías implantadas bajo las que viven.

Es imposible olvidar las matanzas de indígenas en estos países, entre ellas, la que llevó a cabo Maximiliano Hernández Martínez, ex presidente salvadoreño, quien en 1932 reprimió una rebelión liderada por Farabundo Martí donde, se estima, murieron entre 10,000 ó 40,000 campesinos. Más tarde en Guatemala, en 1952, los Estados Unidos apoyaron un golpe de Estado en contra del presidente Arbenz y su política de reforma social.

La dictadura establecida por Carlos Castillo Armas fue una de las más sangrientas de la historia de la nación centroamericana en contra de las comunidades indígenas. La tensión social se agravó en el país y la explotación y marginación de los indios aumentó.

No me atrevo a sugerir con lo anterior, por supuesto, que en otras partes del continente la situación del indio sea mejor o que la explotación de su fuerza de trabajo no exista. Las guerras que inundaron El Salvador y Guatemala durante las décadas siguientes, y la más reciente lucha armada que se surgió en el estado de Chiapas en México, son las pruebas más convincentes de que el atraso económico, médico, educativo y social en que las oligarquías nacionales mantienen a estos campesinos sólo están precipitando la aparición de otros Las Casas.

Los pensadores iberoamericanos de la liberación y los curas de la teología de la liberación identificados con Las Casas abundan en todo el continente: Marcela Althaus-Reid, Jose Miguez Bonino y José Severino Croatto en la Argentina; Hugo Assmann, Frei Betto, Leonardo Boff en Brasil; Rafael Avial, Camilo Torres Restrepo, Gerardo Valencia Cano en Colombia; Pablo Richar en Chile; Ernesto Cardenal en Nicaragua; Alberto Methol Ferre, Juan Luis Segundo en Uruguay; José Porfirio Miranda, Samuel Ruiz y Elsa Tamez en México; y Oscar Romero el mártir salvadoreño, representan a quienes han luchado y a otros que siguen haciéndolo en favor de los pobres latinoamericanos.

Siglos después, ante la misma situación de pobreza, opresión y crímenes constantes en contra de los campesinos pobres salvadoreños, Monseñor Romero, tal y como lo practicara Las Casas en su tiempo.

Más tarde, Monseñor Romero sería asesinado por el ejército de su país.

En años recientes, el obispo de San Cristóbal de Las Casas en el estado de Chiapas, el Padre Samuel Ruiz, digno heredero del padre Las Casas, fungió como mediador para lograr la paz en la región. La labor del obispo Samuel Ruiz y Joel Padrón, párroco de Simojovel de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, siempre ha sido en beneficio de los pobres de Chiapas. El Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC), mencionó en agosto de 1995 que. “la misma Iglesia Católica de Washington ofreció su apoyo a los indígenas chiapanecos y se pronunció por solidaridad y el diálogo.

En la liturgia dominical en la catedral de Seatle, el reverendo Michel G. Ryan comparó a Padrón con Martin Luther King por manejar el mensaje “particularmente fuerte de esperanza y perdón”.

En estos momentos la ciudad de Chiapas, foco de levantamiento del EZLN en 1994 y cuya capital lleva el apellido del padre Las Casas y de la cual también fue obispo, sigue sufriendo de la marginación social, política y económica que la ha distinguido desde el siglo XVI. El estado solamente produce 1.7 del PIB de México y es muy difícil que este porcentaje aumente. La falta de industrialización del estado provoca que su economía se base en la actividad agropecuaria (45 por ciento del PIB estatal). A este respecto, Francisco Lastra señala que “de la región que comprende Chiapas: El sureste ha funcionado como una colonia: proporciona energéticos y productos primarios baratos, y recibe productos manufacturados y servicios caros.

Se le extrae su riqueza principal, el petróleo, y a cambio recibe recursos limitados que no proporcionan el desarrollo económico de la región” (citado en CIEPAC). Como resultado de este proceso de despojo, Chiapas es hoy, de las 32 entidades en México, el estado con el índice de desarrollo humano más bajo (cifra compuesta del índice de esperanza de vida, de educación y del PIB per cápita) (Ciepac, 1).

En un estudio sobre el sur de México en 1972, Urbanski señalaba que, “la desproporción en la tenencia de tierras entre los latifundios y los minifundios en el Sur es todavía muy evidente y desalentadora para las masas rurales. Sin embargo, no hay que descontar que allí donde se llevaron a cabo ciertas reformas, la situación agraria tampoco ha mejorado de una manera muy notable”.

La realidad chiapaneca nos muestra que la situación de pobreza y marginación del indígena no ha cambiado en cinco siglos. Actualmente el gobierno mexicano, como muchos otros con un alto porcentaje de población indígena, solamente ha profundizado la pobreza y falta de servicios sociales a estas comunidades. Los gobiernos locales se empeñan en poner en práctica conceptos ideológicos y prácticas económicas que funcionan en contra de las mayorías pobres y que siguen destruyendo pueblos, identidades y culturas indígenas.

En 1995, poco después del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Papa Juan Pablo II, siempre temeroso de los curas de la liberación, “designó al obispo Raúl Vera López como obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas y tendrá derecho de suceder al obispo Samuel Ruiz García.

El pontífice explicó, como pretexto, en una misiva dirigida a Samuel Ruiz, que dicho nombramiento tiene el propósito de “procurar el bien de esa porción de la grey del Señor, brindando a usted una ayuda válida y eficaz” (CIEPAC, 1). Tal vez con el deseo de no contrariar la sugerencia Papal, la designación de Vera López fue bien recibida por el propio Samuel Ruiz y la comunidad religiosa de San Cristóbal de las Casas; incluso se le quiso interpretar como un “respaldo de Juan Pablo II a la mediación del obispo entre los zapatistas y el gobierno” (CIEPAC, 1).

Con todo, se duda de la buena disposición del Papa, la cual está en entredicho, pues como bien señala Phillip Berryman “on each of Pope John II’s trips to Latin America (México, 1979; Brazil, 1980; Central America, 1983; Andean Countries of South America, 1985), he has issued warnings apparently aimed at theologians. In September 1984 the Vatican published a major document pointing to its dangers, and in 1985 it silenced the Brazilian Franciscan priest Leonoardo Boff”.

La forma en que actuó la iglesia católica hacia el padre Boff, precursor de la teología de la liberación, se aplicó cinco siglos antes a las actividades subversivas de Las Casas por su defensa de los pobres.

Las acciones de Las Casas fueron entorpecidas por miembros de su misma orden eclesiástica. En 1531, al llegar de La Española a México como reformador de los dominicos, sus compañeros, “lo encerraron en una celda obligándole a regresar a La Española sin realizar su misión” (Varela, 19).

Las Casas, sin embargo, continuó en su lucha a favor de los indígenas oprimidos y, en 1533, es nuevamente silenciado al ser encarcelado, en Santo Domingo, en el convento de su orden por una denuncia de un rico comendero.

Sin duda alguna la gran labor realizada por el padre Las Casas en favor de los indios colonizados durante el siglo XVI produjo resultados. Su labor de lucha física e intelectual en defensa de los indios es ahora una fuente tributaria de inagotable fortaleza de espíritu de lucha para aquellos que aun están comprometidos por problematizar, subvertir y mejorar las condiciones de vida de millones de indígenas pobres en América Latina. La semilla que plantó el padre Las Casas, raíz que lo que une al pensamiento y contextualizacion teórica de la Teología de la Liberación, dio sus primeros frutos cuando, “starting in the 1960’s, many of the church pastoral workers -priests and sisters- made significant efforts to come closer to the poor. In so doing they faced new questions and issues. Liberation theology is the outgrowth of their efforts” (Berryman)

Por Carlos M. Coria-Sánchez, profesor asistente de la universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos.


martes, 6 de octubre de 2009

LA MINERA CANADIENSE LINEAR GOLD ABANDONA CHIAPAS



Gustavo Castro Soto

Otros Mundos, AC/Amigos de la Tierra México

San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México; 29 de Septiembre 2009

En abril del 2008 en la comunidad de Las Flores, Municipio de Chicomuselo, Chiapas, se llevó a cabo el I Encuentro de lo que luego se conformó más tarde como la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) capítulo Chiapas con la participación de 140 personas de varias regiones de este municipio pero también de los municipios de Pueblo Nuevo, Jitotol, Tapilula, Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Comalapa, Coapilla, San Cristóbal de las Casas, entre otros. También estuvieron presentes otras organizaciones y ONGs. Durante el 2008 y el 2009 se han llevado a cabo además diversas movilizaciones sociales y marchas por diversos sectores sociales e incluso de la iglesia; plantones, cierre de carreteras, cierre de paso al transporte de las mineras; talleres de análisis, encuentros, intercambios con la resistencia antiminera de Guatemala; participación de afectados en diversos encuentros nacionales de la REMA en la Ciudad de México, Jalisco y Oaxaca, entre otras acciones.

En junio de 2009 se agudizan los conflictos con la minera Blackfire en Chicomuselo, Chiapas, y los pobladores se lanzan al plantón indefinido que culmina con la detención de Mariano Abarca y su posterior liberación luego de una enorme presión social nacional e internacional. Finalmente, a los pocos días de su liberación en el mes de agosto se lleva a cabo el II Encuentro de la REMA Chiapas en la cabecera municipal de Chicomuselo con la participación de más de 240 personas miembros de una treintena de organizaciones indígenas y no indígenas provenientes de diversos municipios de la entidad, además de otros provenientes del estado de Oaxaca y la FAO de San Luis Potosí, así como de la solidaridad internacional de Canadá, Italia, Guatemala, Francia y Bélgica. A los pocos días después se lleva a cabo una marcha de miles de campesinos provenientes de las diversas regiones de la frontera y de una gran variedad de organizaciones campesinas se dan cita en Chicomuselo.

Un mes después, la empresa canadiense Linear Gold informa que se va de Chiapas. Aunque no tiene aparentemente inversiones en Chicomuselo. Si bien es de festejar como un logro de la lucha social antiminera en el estado, por la fuerza que ha tomado la movilización y la conciencia sobre los impactos sociales, ecológicos y ambientales, al cambio climático, así como los impactos económicos, políticos, culturales y policíacos, hay otros aspectos que considerar en el retiro de la empresa canadiense. Curiosamente es hasta entonces, luego de 9 años de exploraciones y explotaciones mineras incluso con 37 concesiones otorgadas a 50 años, que el gobernador del estado, Juan Sabines Guerrero, aparece en Chicomuselo con programas, proyectos y promesas que analizaremos en otro momento.

Bueno, es en este contexto que la trasnacional canadiense anuncia que se retira de Chiapas…